Por: Dra. Silvia Cacho Elizondo y José‐Domingo Lázaro Álvarez

La industria audiovisual, y más concretamente el cine y la televisión, se han acostumbrado a la introducción escalonada de innovaciones técnicas relacionadas con la imagen o el sonido, desafiando profunda y aceleradamente la relación entre los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto. El Internet y los dispositivos móviles no fueron sino la primera etapa. La siguiente fase de esta revolución económica y social se articula a través de la convergencia de tecnologías emergentes, entre las que destacan la realidad virtual y aumentada, y la combinación de ambas en la realidad mixta.

En este contexto, el Metaverso ofrece la oportunidad de crear, comunicar y capturar valor virtual, que se traduce no solo en experiencias sensoriales que suprimirán las limitaciones de espacio y tiempo, sino también en una nueva economía creativa en la que se comercializarán emociones. Lo anterior reta a cambiar a las organizaciones en cuanto a la diversificación de contenidos, a la adquisición de nuevas habilidades o a la monetización de la tecnología, valorando el impacto que puede tener esta nueva experiencia inmersiva en la evolución y crecimiento de la industria del cine.

La nueva economía creativa

Podemos definir el Metaverso como un mundo híbrido a mitad de camino entre el real y digital, donde la realidad virtual, la realidad aumentada y la inteligencia artificial trabajan conjuntamente para ofrecer a los usuarios una experiencia en línea completamente inmersiva y dando lugar a conexiones sociales virtuales que reinventan el significado de entretenimiento o productividad.

El camino hasta el Metaverso no ha sido rápido ni sencillo. Lo que es innegable es la velocidad vertiginosa con la que se ha precipitado en los últimos tiempos. Según Gartner, empresa consultora y de investigación de las tecnologías de la información, para 2026, un 25% de las personas pasarán al menos una hora al día en el Metaverso, ya sea para comprar, capacitarse, trabajar, socializar o entretenerse. Mientras que, en lo que respecta a sus expectativas económicas, en 2021, Statista (2022) estimó que el tamaño del mercado global de Metaversos alcanzó los 38.850 millones de dólares, pudiendo aumentar a los 47.480 millones de dólares en 2022 para dispararse hasta los 678.800 millones de dólares en torno al 2030.

Por lo tanto, estamos ante los estertores de una época empresarial para la cual será fundamental que la alta dirección de las corporaciones audiovisuales reflexione con mucha atención y visión estratégica. En este momento, identificamos cinco pilares clave para poder fijar una estrategia de mediano y largo plazo que les permitan combinar y complementar su oferta dentro de los nuevos ecosistemas de Metaverso:

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Diversificar los contenidos: Posibilidad de introducir nuevos programas de televisión con un claro componente virtual, series de ciencia ficción NFT y también plataformas NFT.

Invertir en nuevas tecnologías: Es momento de repensar los alcances de criptomonedas, NFT, Blockchain o computación en nube en la interacción con los suscriptores o espectadores.

Adquirir habilidades y competencias: Reorientación hacia la creación y comunicación de un valor diferencial acorde a la digitalización y a las necesidades de los suscriptores o espectadores, conformando equipos de trabajo que integren una colección de habilidades y competencias que se complementan con los conocimientos empresariales o la creatividad artística.

Buscar nuevas vías de monetización: Las organizaciones cinematográficas y televisivas pueden aprovechar el Metaverso para gamificar y monetizar sus marcas y franquicias a través de NFT.

Flexibilizar las narrativas: La narrativa de un producto audiovisual podrá configurarse por la posibilidad de que el espectador pueda convertirse en protagonista, desplegándose la historia a medida que se interactúa con otras personas, objetos o escenarios.

En nuestra opinión, no existen impedimentos para que las empresas que participan en la industria del cine y de la televisión puedan incorporar el concepto de Metaverso en sus modelos de negocio o crear nuevos modelos. Para esto necesitarán investigar y explorar sus capacidades y competencias, así como los deseos y necesidades de sus usuarios, integrando la virtualidad como un nuevo canal de entrega de valor caracterizado por la interacción y participación interactiva e inmersiva de la audiencia.

La expectativa de cambio que promete el Metaverso no dejará indiferente a nadie. En un futuro se tenderá vivir y trabajar en un mundo cada vez más intangible, donde se socializará a través de avatares y se disfrutará de un entretenimiento virtual por el cual se pagará con dinero digital. Todo ello para cubrir una necesidad y generar experiencias de consumo inmersivas que obligarán a replantear los límites de la industria del cine y de la televisión.

No hay vuelta atrás: ¡El espectáculo tiene que continuar!

Contacto:

Dra. Silvia Cacho Elizondo, Profesora del área de Comercialización de IPADE Business School y José‐Domingo Lázaro Álvarez, Profesor de la Universidad Panamericana y del Centro de Perfeccionamiento Directivo (ICAMI)

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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