España, ¿la nueva frontera de las empresas mexicanas?
México ha duplicado sus inversiones en el país ibérico y hoy es la quinta nación que más invierte en ese mercado. El atractivo: los buenos precios de los activos y las señales de recuperación de la economía española.
Por Óscar Granados
Una mañana de febrero de 1965, una decena de camiones de una nueva panificadora de nombre Bimbo y ubicada en Granollers (Barcelona) se dispersó por calles y avenidas para ir a ofrecer las primeras piezas de pan blanco en la región.
“Fue un inicio cargado de ilusión”, comenta Servitje, hoy presidente del consejo y director general de la multinacional, e hijo de Lorenzo Servitje, uno de los fundadores de aquella fábrica.
“La planta tuvo tanto éxito que poco después se abrió otra en Madrid y a principios de los 70 operaban ya cinco fábricas en ese país”, recuerda Roberto Servitje, hermano de Lorenzo y ex presidente del consejo de administración de Grupo Bimbo.
Pero la ilusión duró poco. Ante las desavenencias económicas, los conflictos con el sindicato y la incertidumbre política tras la caída del régimen franquista, los Servitje vendieron su negocio español a la estadounidense Campbell Taggart y ésta la revendió más tarde a la también estadounidense Sara Lee.
Treinta años después, los Servitje vuelven sobre sus pasos y hoy tienen de nuevo en sus manos aquel negocio que iniciaron en Granollers.
Este regreso de los Servitje es parte de una oleada de empresarios mexicanos que aterriza en España para aprovechar los precios de descuento de negocios y activos en general dejados como resaca por la peor crisis que ha vivido el país ibérico en las últimas décadas.
El año pasado fue récord. Los capitales mexicanos que arribaron a España ascendieron a 1,177 millones de euros (20,362 millones de pesos), con lo cual México se convirtió en el quinto mayor inversor en el país ibérico —cinco años antes, era el décimo quinto.
En los últimos dos años se han cerrado 14 transacciones de empresas privadas mexicanas en España, por un monto cercano a los 2,000 mdd, dice Saúl Villa, del área de Fusiones y Adquisiciones de KPMG. “Todas ellas (las empresas compradoras) pisan por primera vez suelo español”, agrega Villa y cita el caso de ADO, la empresa mexicana de transporte que a mediados de 2013 compró casi 2,000 autobuses de la española Avanza.
Para los empresarios mexicanos, España es puerto de desembarque y acceso al mayor mercado del mundo, la Unión Europea, con cerca de 500 millones de consumidores y una renta per cápita cercana a 30,000 dólares anuales, destaca José Carlos García de Quevedo, director ejecutivo de Invest in Spain, entidad pública que promueve la inversión extranjera directa.
Cazadores de oportunidades
Entre los recién desembarcados en España está Antonio del Valle, un experimentado empresario que en los 90 vivió la ola opuesta: el arribo de numerosos capitales españoles a México.
El empresario, quien en 2004 fundó BX+, siempre supo que la oportunidad que habían tenido los españoles podría repetirse, pero a la inversa, y él quería ser protagonista. “Sabía que alguna vez, en algún lugar del mundo, iba a haber una crisis que permitiese hacer adquisiciones a los empresarios mexicanos”, dice el banquero septuagenario.
No se equivocó. En 2013, acompañado de un grupo de inversores de México, la familia Del Valle concretó una alianza con el Banco Popular, la sexta institución bancaria española. Con la recesión en España, los activos de los bancos comenzaron a bajar mucho de precio, comenta. “Necesitaban capital para salir a flote”.
El acuerdo supuso para los empresarios mexicanos una inversión de 450 millones de euros (mde) en la ampliación de capital de la firma española, y para el Banco Popular la compra de 25% de BX+ por 97 mde. Con este cruce, la familia Del Valle obtuvo el 6% del capital del Banco Popular y se convirtió en su mayor accionista.
Las oportunidades están casi por todas partes. Los sectores de consumo, inmobiliario, transporte, industria y construcción se han convertido en los más atractivos para los capitales mexicanos, asegura Villa, de KPMG.
Pero uno de los que destaca es el financiero, el que se registró otra importante operación en septiembre de 2013. David Martínez, inversor originario de Monterrey y con bajo perfil, salía al rescate del Banco Sabadell, que en los últimos seis años se había hecho de siete instituciones financieras y necesitaba una inyección fuerte de recursos.
Martínez estaba dispuesto a invertir 150 mde en el programa de ampliación de capital del banco de 1,400 mde. Pero al final, el regiomontano puso en Sabadell 275 mde a través de su fondo Fintech y se posicionó así como uno de los accionistas más importantes, de acuerdo con información de la propia empresa.
La razón por la que el sistema financiero español es tan atractivo es la desaceleración significativa que ha tenido, destaca David Olivares, de la calificadora Moody´s. Desde inicios de 2009, las entidades financieras vivieron una fuerte consolidación: de los 55 bancos que había en el mercado, sólo sobrevivieron 15 y su rentabilidad se redujo a menos de un tercio de lo que era cinco años antes.
“Después de años de crisis, el valor de muchos activos (en España) está infravalorado, con lo cual comprarlos implica adquirirlos a precios bajos”, señala Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. El valor de los negocios se vio afectado por la recesión en todos los sectores, no hubo excepciones, comenta Xavier Mendoza, director del Observatorio de la Empresa Multinacional Española de la escuela de negocios ESADE.
Sara Lee no planeaba vender su negocio de panadería en la península ibérica, pero cambió de parecer en medio de las negociaciones para la venta de sus operaciones en Estados Unidos a Grupo Bimbo hace cuatro años, ante la persistente caída del consumo y las pérdidas significativas que ello producía a su operación en España. Tras el cierre de cuatro de sus 11 plantas en ese país y en Portugal, la estadounidense decidió de última hora incluir esa división en la negociación con el grupo mexicano y éste aceptó.
Bimbo pagó 150 mdd por el negocio europeo de Sara Lee, casi 10 veces más barato de lo que había pagado la estadounidense 10 años antes. “La compra de la actividad en Europa (de Sara Lee) fue casual”, afirma una fuente de Bimbo Iberia que pide el anonimato.
En el otro lado de la moneda está la disponibilidad de efectivo de las compañías aztecas. “Los empresarios e inversionistas mexicanos han reducido sus deudas y eso les ha permitido apalancarse con mayor fuerza en el extranjero”, dice Villa, de KPMG. “Hay mucha liquidez en México, una economía que ha venido creciendo, en los últimos años, a un ritmo de 3% en promedio”.
Otro banco al que los mexicanos le echaron “el guante” es Liberbank. Gustavo Tomé y Ernesto Tinajero, ambos mexicanos, se hicieron de 9% de sus acciones en mayo de 2014. “Ese banco, si tú lo compras hoy en la bolsa, (…) el mercado dice que vale tres o cuatro veces más que su valor real”, dijo Tomé a forbes México en noviembre pasado.
Mercado estrella
La noción de lo barato y lo caro en España depende, por ahora, de lo que tarde la economía en recuperarse. La crisis destruyó tres millones de empleos, el pib perdió más de siete puntos, el déficit público alcanzó el 11% del producto en su peor año y la deuda pública roza casi 100%.
Aunque tenues, las señales de recuperación han sido consistentes. El año pasado, después de seis años de caídas consecutivas, la economía española creció 1.4%, impulsada por la demanda interna y el consumo, y para 2015 el Fondo Monetario Internacional prevé un repunte de 2.5% y los analistas privados de 3%. Reparar los problemas de la economía tomará un par de años, afirma Cardoso, del BBVA.
Un sector que va en línea con esa tendencia es el inmobiliario. Después de que la crisis derribó los precios de los inmuebles un 50% en promedio, el año pasado el sector recibió inversiones por 10,000 mde, afirma Miguel Fuster, director de Inversiones de CB Richard Ellis (cbre). “Los inversores se han adelantado a la recuperación total de la economía española”, dice Alexandre Rangel, director general de SIEspaña, una consultora de inversiones.
Experto en cazar negocios en aprietos, el multimillonario Carlos Slim ha capitalizado el momento. Hace tres años destinó 428 mde a la compra de 439 oficinas de La Caixa y se convirtió con ello en socio estratégico del banco español.
“El segmento de oficinas siempre han sido un refugio seguro para las inversiones”, argumenta Fuster, de cbre, firma que asesoró en febrero de este año a un inversionista mexicano (cuya identidad no ha sido revelada) en la compra por 21 millones de dólares (mdd) del edificio con el número 14 en la Gran Vía, uno de los ejes comerciales y turísticos más importantes de Madrid.
El inmueble alberga actualmente oficinas de la Comunidad de Madrid, pero por su ubicación no se descarta que en el futuro pueda ser convertido en un espacio comercial o residencial, señala Fuster. (De ser así, compartirá la calle con Amancio Ortega, el tercer hombre más rico el mundo, que este año adquirió el edificio con el número 32 de la misma avenida).
Otro comprador que puso el ojo en el país ibérico es Fibra Uno, un fideicomiso que toma dinero de los inversionistas a través de la bolsa de valores para construir, rentar y administrar propiedades, con la compra en 300 mde de cerca de 280 inmuebles del Banco Sabadell.
“Un mayor crecimiento de la economía traerá como consecuencia mayor generación de empleos”, resume el experto de CBRE. “Más trabajadores demandará mucho más espacios y las rentas se incrementarán, lo que dará un mayor valor al activo”.
El sector inmobiliario español recibe capital a “chorros” procedente de América, dice la consultora PwC. El principal atractivo de los inmuebles son los precios, mucho menores que los que se pueden encontrar en ciudades francesas, alemanas e inglesas, dice Rangel, del SIEspaña.
La otra razón es el cálculo de que la recuperación española llegará mucho más pronto que en Portugal, Italia y Grecia. El sentimiento del inversor hacia España ha dado un giro extraordinariamente positivo, añade el informe de PwC. “El país ha pasado de ser la oveja negra a convertirse en uno de los mercados estrella”.
Slim no se conforma con comprar edificios. En marzo pasado su empresa Grupo Carso compró en 45 mde una cuarta parte de Realia, una firma en la que la constructora local FCC controla el 36% de las acciones. “El inversor inmobiliario no sólo compra porque ha caído mucho el precio, sino también porque sabe que se va a recuperar, esa es su apuesta”, recalca Rangel, de SIEspaña. “El ladrillo puede ser un espejo de la economía española”, dice Fuster, de cbre.
Slim tampoco limita sus compras a un sector. Hace cuatro años compró menos de 1% de las acciones de la Caixa, que controla 12% de la petrolera Repsol y 5% de los títulos de Telefónica, el principal competidor en México de la principal empresa de Slim, América Móvil. Luego en 2012 compró el equipo de futbol de segunda división, Real Oviedo, en 2 mde y aprovechó una ampliación de capital que tuvo que hacer FCC por sus cuantiosas pérdidas para hacerse de 26% de los títulos, y se colocó como el mayor accionista de la constructora.
Consumidores a la vista
Otro blanco al que apuntan los mexicanos son las empresas de alimentos. En el invierno de 2013, la empresa del regiomontano Grupo Alfa compró 44.7% de las acciones de Campofrío, productora de cárnicos.
Con un valor de más de 700 mde, Campofrío controla más de 27% del mercado de productos procesados en España. Un mes después, Sigma y la empresa china Shuanghui, dueña entonces de 36.9% de Campofrío, reunieron sus posesiones en una sola sociedad. Pero en junio de este año, la firma mexicana adquirió la participación de la firma asiática y se quedó así con 100% de la española. “Cuando una empresa hace una adquisición en su mismo sector, lo que supone es comprarse una cuota de mercado”, afirma Rafael Roldán, experto en transacciones de la consultora Ernst & Young.
Las tímidas tasas de crecimiento y el alto desempleo mantienen vivo el riesgo de estancamiento del consumo; sin embargo, el estado de ánimo de los españoles estáal alza desde 2013, indica un estudio de Cetelem, firma de análisis del banco francés BNP Paribas. El gasto de consumo de los hogares en España —que según el Banco Mundial representa casi 60% del pib, se recuperó 2.7% el año pasado, después de tres años de sopor. “El consumo ha vuelto a reiniciarse y la confianza estápresente”, añade Cetelem.
“Las perspectivas son buenas y no es casualidad que varias empresas mexicanas estén apostando a este sector de la economía”, asevera Xavier Mendoza, del Observatorio de la Empresa Multinacional Española de la escuela de negocios ESADE.
En agosto pasado, Alsea también cruzó el Atlántico e invirtió 107 mde para adjudicarse 427 restaurantes de formato de las marcas Domino’s Pizza, Burguer King, Foster’s Hollywood, La Vaca Argentina, Cañas y Tapas e il Tempietto. “El paso que dio (Alsea) fue natural porque ya conoce cómo funcionan, al menos dos marcas (Domino´s y Burguer King) que están consolidadas en México”, dice Verónica Uribe, analista de Monex.
Para Gruma, España es puerta de entrada a los mercados europeos. En los últimos nueve meses compró, por 60 mdd, dos empresas que fabrican tortillas de maíz, entre otros productos mexicanos, para de esta manera sumar 11 plantas en Europa.
Viejos conocidos
La internacionalización de las empresas mexicanas no es nueva, afirma Villa, de KPMG. Desde hace más de tres décadas comenzaron su expansión en EU y el resto de América Latina, que por cercanía resultaban fáciles de explorar. El año pasado apareció como el segundo país en la región que más invierte en el extranjero, con 7,610 mdd, sólo después de Chile, que invirtió fuera casi 40% más que México.
Los empresarios mexicanos están ante la oportunidad para destacar como inversores a escala mundial, pues muchas firmas tienen estrategias definidas de expansión hacia otras partes del mundo y a personas con mentes globalizadas en sus filas, según Villa.
España, sin embargo, está en camino de la recuperación, y el éxito de las transacciones aztecas en tierras ibéricas no está garantizado.
La afinidad del idioma ofrece una gran ventaja y facilita las cosas, pero luego viene el reto interno de gestionar la compra y hacerla rentable. Cuando una firma hace una adquisición en otro país, el reto principal es la unificación de los dos negocios, señala Villa. “El 66% de las compras que se realizan en el mundo fracasa por una mala integración”, agrega.
El otro reto es externo y escapa al control de la administración: el comportamiento de la economía. Si bien el pib español comenzó a repuntar, nada está escrito todavía. La tasa de desocupación española es de 23%, la segunda más alta en toda Europa, sólo después de Grecia, en donde alcanza 25%, reporta Eurostat. “Abatir el desempleo es uno de los mayores retos de la economía”, coincide Cardoso, de BBVA Research.
Según previsiones, entre 2014 y 2016 se crearán 1.5 millones de empleos en España, pero aun cuando así suceda, se habrán recuperado sólo entre 40 y 50% de empleos que se destruyeron. “Habrá una gran cantidad de personas que no percibirán el proceso de recuperación”, asegura el experto de BBVA.
La ola mexicana no se detiene y llega a sectores poco explorados.
En este rubro, destaca la inversión el año pasado de 100 mde del empresario mexiquense Roberto Alcántara, presidente del grupo de transporte IAMSA, para hacerse de 9.3% de las acciones de Grupo Prisa y convertirse en el accionista mayoritario. Slim también es accionista en Prisa, con 2% de las acciones.
“Al paso que vamos, las empresas mexicanas podrían brillar en el mercado internacional más que nunca, concluye Villa. “Quieren comerse al mundo”.
Por ahora, la que está a su alcance es España.