1. Durabilidad. Como el vestido que preserva su calidad, la vigencia de la estrategia prevalece fiel a la personalidad de la marca, organización o individuo.
2. Atemporalidad. La estrategia trasciende épocas, estaciones y coyunturas garantizando la consistencia a través del tiempo, como el vestido que rompe barreras de generaciones y modas para permanecer.
3. Versatilidad. Al igual que la prenda que se adecua con sencillez al tipo de evento, el plan de comunicación se adapta con facilidad y rapidez a diversos ambientes o audiencias sin renunciar a su esencia.
4. Neutralidad. Cada acción integrada a la estrategia mantiene consistencia al objetivo original sin entrar en conflicto con el resto de las acciones, de la misma forma que el vestido sirve de pieza base para cualquier ocasión.
5. Accesibilidad. La comprensión de las acciones parte de la estrategia y son fáciles de usar, tal como la pieza de vestimenta se integra naturalmente al guardarropa.
Vale la pena recordar que a las cualidades descritas les anteceden buena materia prima (información), un buen corte (diseño estratégico) y exposición, ya que un buen plan de comunicación, como un buen vestido negro, se le aprecia y valora más conforme se le usa y resulta útiles para más situaciones. Mirta Bermúdez Pineda es Líder de la Práctica de Comunicación de Marca para Burson-Marsteller México. Especialista en comunicación estratégica y entrenamiento de directivos. Contacto: Twitter: @BM_Mexico Facebook: Burson-Marsteller Latin America Página: Burson-Marsteller Latin American Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.