En Latam hay muchos Valley, ningún Silicon

¿Qué debe hacer Latam para generar más innovación y emprendimiento? Fomentar la educación, la infraestructura, la confianza y la colaboración entre la sociedad, y acceder a los recursos claves (talento, capital y clientes).   Cuando un país comienza a pensar en desarrollar el emprendimiento o la innovación, casi como reflejo piensa en convertirse en Silicon Valley. De hecho, Santiago de Chile, Sao Paulo, Medellín y San José son apenas algunas de las ciudades que se precian de haber sido descritas en algún medio como el Silicon Valley latino. Hace un tiempo, The Economist publicó una investigación en la que graduaba a Chile como un centro de innovación, al que apoda el Chilecon Valley. “Chile explota el punto débil del Silicon Valley original: el terrible sistema de inmigración de Estados Unidos”, dice The Economist. Las restricciones inmigratorias estadounidenses hacen que sea difícil para muchos extranjeros fundar una compañía o trabajar en ese país. Chile, en cambio, ha abierto sus puertas a quienes buscan innovar en tecnología. El gobierno chileno tiene un programa, Start-up Chile, que le da la bienvenida a emprendedores extranjeros y les ayuda a establecer una compañía con facilidad. Start-up espera haber apoyado a 1,000 firmas para finales del próximo año. Tiene un presupuesto de varios millones de dólares. En Colombia, “los fundadores de un nuevo espacio de trabajo compartido o centro empresarial llamado Espacio aspiran a hacer de Medellín, Colombia, la nueva Silicon Valley”, según una entrevista realizada por BBC y que consta en el sitio web de la empresa. Colombia también ha destinado inversión para laboratorios de innovación que desarrollen aplicaciones y se ha propuesto proveer de banda ancha al país entero con sistemas de fibra óptica. Si miramos, Brasil tiene, de hecho, varios Silicon Valley. En el barrio Villa Madelena de Sao Paulo hay una buena cantidad de centros de innovación con foco en Internet, algunos de ellos apoyados por las escuelas del sector. La ciudad de Recife también ha sido catalogada así debido a su Puerto Digital, una pequeña isla donde Motorola, Microsoft y Ericsson, entre otras, tienen centros de entrenamiento, en parte porque los impuestos que se pagan en el Puerto Digital son bajos. La Universidad de Pernambuco, además, tiene un importante programa en ciencias. En una nota de la BBC del 2012 define que en Argentina, más de 250 compañías de tecnología se encuentran en Córdoba, la segunda ciudad más grande. Entre ellas Electronic Data Systems e IBM, dos de las más importantes del mundo. “En seis años, Córdoba se ha convertido en el centro de tecnologías de la información de más dinámica de Latam (América Latina), comenzando con el traslado de Motorola aquí en 2001”, según declaró en 2007 Jorge Mansilla, secretario de Comercio de la provincia, en entrevista con Reuters. Córdoba es, por tradición, una ciudad universitaria, y el gobierno –que baja los impuestos en los primeros 20 años de una start-up en tecnología– ha impulsado proyectos de educación en ese campo allí. Compañías como Intel, IBM, Oracle y Amazon tienen centros de investigación en el Valle Central de Costa Rica. Es así que se ha convertido en un exportador de productos de tecnología. El director de Investigación y Desarrollo de Hewlett-Packard le dijo a CNN que escogieron basarse allí gracias a la mano de obra calificada y la cercanía con California. En Uruguay, el ecosistema emprendedor ha dado grandes pasos hacia su consolidación. De hecho, la empresa estatal Antel desarrolló un proyecto denominado Barrio de Innovación, que, impulsado por la empresa, busca generar un ecosistema social, cultural, educativo y de innovación tecnológica que contribuya a revitalizar la zona de influencia del Antel Arena, mejorar la calidad de vida de sus vecinos y abrir nuevas oportunidades de desarrollo y aprendizaje. Esto se suma a otros esfuerzos públicos y privados que hacen que las capacidades de Uruguay se potencien en innovación y emprendimiento. Obviamente, en esta lista está México, y varios países latinoamericanos que están enfocando sus esfuerzos en posicionarse como el Silicon Valley latino. Pero ya en 1960, Silicon Valley había captado la atención del mundo como bullicioso centro tecnológico. Había dado lugar a la industria de la electrónica de microondas y estableció un modelo para las asociaciones entre la industria y el sector académico. El presidente francés Charles de Gaulle lo visitó y se maravilló de sus parques de investigación en expansión situados en medio de granjas y huertos al sur de San Francisco. Según una nota publicada en el MIT Technology Reveiw, las razones para que Silicon Valley sea lo que es hoy son, en su raíz, culturales. Las altas tasas de cambios de empleo y formación empresarial de Silicon Valley, sus redes profesionales y la facilidad de intercambio de información fue lo que le dio ventaja. Las empresas de Valley entendieron que colaborar y competir a la vez conducía al éxito, una idea que incluso se refleja en la inusual regla californiana de prohibir los acuerdos de no competencia. El ecosistema daba apoyo a la experimentación, a la toma de riesgos y al intercambio de lecciones de éxito y fracaso. En otras palabras, Silicon Valley era un sistema abierto, una red social gigante del mundo real que existía mucho antes que Facebook. Por ende, cuando me preguntan qué debe hacer un país para generar más innovación y emprendimiento, les recomiendo que fomenten la educación, la infraestructura, la confianza y la colaboración entre la sociedad, y generen una reducción de costos para acceder a los recursos claves (talento, capital y clientes). Si los países de América Latina logran esto, perfectamente podríamos dar un salto cualitativo en emprendimiento e innovación en la región, independientemente de si nos parecemos o no a un Silicon Valley.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @diego_vallarino LinkedIn: diegovallarinonavarro   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.