- Bonos de bienvenida. Por lo regular, los bonos de bienvenida están ligados a un gasto mínimo o al uso de tu tarjeta por primera vez en un lapso de cierto tiempo después de adquirirla.
- Anualidad gratis. Para darte la anualidad gratis, algunos bancos condicionan que solicites la tarjeta de crédito en línea, mientras que otras establecen un tope de gasto mínimo y un periodo determinado para que llegues a él.
- Compras diferidas a meses. Esta es quizá uno de los ganchos más confusos, en especial si eres primerizo en el uso de tu tarjeta de crédito. Mucho ojo: comprar a meses no es lo mismo que comprar a meses sin intereses. Hay tarjetas de crédito que te ofrecen compras diferidas con una tasa de interés determinada, es decir, que te sí pagarás a cuotas, pero con cargos extra. Antes de comprar algo “a meses” revisa si es con intereses o no.
La letra chiquita no sólo está en los contratos
Para darte una tarjeta de crédito y fomentar que las uses, los bancos te ofrecen promociones especiales, pero la mayoría tiene letras chiquitas. Debes revisar bien tu contrato.
Es un hecho: las letras chiquitas de las tarjetas de crédito no sólo están en los contratos.
Para que solicites una tarjeta o para motivarte a usarla frecuentemente una vez que la tengas, los bancos te ofrecen promociones especiales que -la mayoría de las veces- están condicionadas.
En ocasiones, la oportunidad suena irresistible, te emocionas, compras sin revisar las especificaciones… y te llevas una desagradable sorpresa al recibir tu estado de cuenta, semanas después de que hiciste el gasto.
Si bien debes revisar tu contrato de tarjeta de crédito antes de firmarlo -y recuerda que éstos son generales para todos los clientes-, también mantente atento a las condiciones de cada promoción en particular, pues tanto el banco emisor del plástico como el comercio donde haces tu compra podrían establecer ciertas reglas para hacer válidas las promociones.
Aquí te dejo tres “beneficios” para estar alerta: