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Pese a que la ciencia aún no logra detectar a bien por qué algunas personas desarrollan diabetes, existen algunos factores de riesgo conocidos y el exceso de peso es uno de los que encabezan la lista. Debido a que los síntomas a menudo se desarrollan lentamente y pueden no notarse al principio, la diabetes es conocida también como la enfermedad “silenciosa”, la cual es también una de las principales causas de ceguera prevenible, amputaciones no traumáticas de la pierna, daño renal, así como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular De acuerdo con Adriana Kuker,  endocrinóloga del NewYork-Presbyterian Hospital, “la diabetes es un trastorno endocrino que hace que los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre aumenten más de lo normal. La forma más común es la diabetes tipo 2, donde el cuerpo o bien resiste los efectos de la insulina, hormona que regula el movimiento del azúcar en las células, o no produce suficiente insulina para mantener un nivel normal de glucosa”, precisa la especialista. Por su parte, Katie Campbell, dietista registrada y educadora certificada en diabetes en el NewYork-Presbyterian Lawrence Hospital, apunta que mientras más tejido adiposo se tiene, más resistentes se vuelven las células a la insulina. Sin embargo, también existen otros factores que entran en juego, como el de estilo de vida sedentario, antecedentes familiares de la enfermedad o la edad. “La diabetes tipo 2 generalmente se desarrolla a medida que la persona envejece, especialmente después de los 45 años. Pero en estos días, estamos viendo un aumento dramático en los niños y generalmente por las mismas razones: una dieta poco saludable e inactividad”, puntualiza la doctora Campbell. A esto habría que agregar que entre las primeras señales de advertencia que las personas deben observar y estar atentas a su desarrollo, se encuentra un aumento considerable de la sed, incremento de la micción, así como fatiga y curación lenta de las llagas. Es importante tener en cuenta que la diabetes no controlada puede llevar complicaciones graves e incluso mortales. “El aumento rápido y extremo del azúcar en la sangre puede provocar deshidratación, acumulación de ácido en la sangre, daño a los órganos, coma e incluso la muerte si no se trata de inmediato”, explica la doctora Kuker.

Atención colaborativa, la clave

Gracias al avance de la medicina, actualmente existen diversos tipos de medicamentos para el control de la diabetes, de píldoras y pastillas a inyecciones y bombas de infusión personales, todas aprobadas por la Administración de Drogas y Alimentos. “Es importante que los pacientes tomen los medicamentos de acuerdo a lo prescrito y controlen sus niveles de azúcar en la sangre regularmente para evitar fluctuaciones peligrosas”, aconseja la doctora Kuker. Y advierte: “El cuidado de la diabetes ahora está evolucionando para incluir equipos médicos que aborden mejor los objetivos y desafíos específicos para cada paciente. Estamos descubriendo que el mejor enfoque es el de colaboración, que incluye no sólo al paciente y al médico, sino a especialistas como endocrinólogos, farmacéuticos, enfermeros practicantes, dietistas, educadores certificados en diabetes e incluso trabajadores sociales”. En este sentido, es de vital importancia que los pacientes se informen de forma completa e integral sobre temas como la nutrición, el ejercicio y la importancia del control regular de la glucosa, lo cual les ayudará a tomar decisiones sobre su propio cuidado. “Por ejemplo, si se tiene sobrepeso u obesidad, una pérdida de peso del 5 al 10% del peso corporal puede mejorar la salud del corazón, así también disminuir la presión arterial y el colesterol, o mejorar el azúcar en la sangre”, asegura la doctora Campbell.   Se recomienda también consumir una variedad de frijoles, frutas, verduras y granos integrales, poner en práctica conductas alimentarias conscientes como el control de porciones y leer las etiquetas de nutrición. También es importante aumentar el hábito de ejercicio caminando 30 minutos al día, lo que puede ayudar a bajar de peso y disminuir los niveles de azúcar en la sangre. Para mayor información acerca de los servicios que ofrece el NewYork-Presbyterian Hospital, visita el sitio nyp.org/serviciosglobales o agenda una cita personalizada al teléfono +1-212-746-9100.   También puede interesarte: ¡Evita el dolor de espalda! El NewYork-Presbyterian te dice cómo

 

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