Endeudarse no siempre es malo, pero definitivamente no saber elegir tus deudas te puede llevar por caminos que pongan en peligro tu estabilidad financiera, personal y emocional.

Seguro te has preguntado cómo saber si una deuda es buena o mala. En +Dinero, le preguntamos a Alejandro Saracho, asesor en finanzas personales y de negocios, cómo distinguir una de otra. A continuación, te presentamos la respuesta a esa duda existencial.

“La diferencia es sencilla, una deuda buena (a la que llamo expansiva), es una deuda que te permite generar más dinero a través de la deuda misma, y una deuda mala (o destructiva) es aquella que te genera problemas financieros”, explica.

Las deudas destructivas están ligadas al estilo de vida de una persona, sobre todo cuando utiliza el dinero o el crédito para comprar bienes o servicios que pierden valor en el tiempo o de plano lo pierden por completo. Un ejemplo claro es sacar un auto nuevo de la agencia mediante financiamiento, pues el coche pierde valor desde que sale a la calle y lo seguirá perdiendo día a día.

Otro caso es cuando compras tus vacaciones en cómodas mensualidades. Das tarjetazo, te pones muy feliz, llega la fecha, eres todavía más feliz, regresas, ya hasta se te olvidó y tú todavía tienes que seguir pagando la deuda. En pocas palabras, luego de que consumiste el bien, su valor se redujo a cero. No obstante, tú tienes que seguir pagándolo.

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“Ese es un ciclo destructivo de riqueza, pues entre más utilizas la deuda para temas destructivos, más destruyes tu generación de riqueza”, explica Saracho.

¿Pero de qué riqueza me hablas si yo gano bien poquito? ¡Ojo aquí! El propio especialista nos aclara que hablar de riqueza no es hablar de cifras millonarias: “Existe un término que se denomina riqueza neta que no es otra cosa que tus activos, las cosas que tienes menos las cosas que debes, el resultado es tu riqueza neta. Al final, lo que debemos procurar es poseer más cosas que las cosas que debemos”.

Una vez que hemos comprendido que las deudas destructivas en efecto destruyen tu riqueza, pasemos a las deudas expansivas que, de hecho, te ayudan a desarrollarla.

A través de las deudas buenas o expansivas lo que haces es una especie de  apalancamiento financiero, o sea manejas el dinero como lo hacen los bancos. Dicho de otro modo, echas mano de alguien que tiene el recurso para usarlo de forma productiva.

3 principales deudas expansivas, ¡úsalas a tu favor!

De acuerdo con el especialista en finanzas personales y de negocios, existen tres tipos de deudas expansivas. Checa en qué casos sí te conviene pedir un crédito para crecer:

Deuda para negocio: si vas a comprar materia prima a crédito y al vender el producto tendrás una utilidad para pagar la deuda y tener una ganancia

Deuda para inversión: si vas a invertir dinero y te prestan a un interés mucho menor que el rendimiento que te da la inversión (asumiendo que todas las inversiones tienen riesgo).

Deuda para educación: si vas a pagar tu educación a crédito, y si con lo que vas a aprender vas a generar más dinero como para pagar el crédito y tener una ganancia adicional después.

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