- Estancamiento del poder adquisitivo del salario mínimo
- Mala asignación de recursos presupuestales gubernamentales
- Abolición de regulación positiva para el mercado o la competencia por el cabildeo de grupos privados
- Outsourcing, tanto a nivel nacional como internacional
- Disminución del poder de los trabajadores, especialmente a través de sindicatos blancos y de contratos que les dan pocos derechos
- Estudios universitarios —aunque cada vez menos— que generan valor económico para el graduado, quien generalmente gana más dinero que los no graduados
- Cambio tecnológico y automatización, especialmente cuando devalúa el salario de los trabajadores de oficio y favorece el de los profesionistas
- Fusiones de empresas que derivan en el despido de gran cantidad de empleados
- El crecimiento especulativo del mercado de valores, pues, aunque llega a premiar la innovación, también puede incentivar que se destinen recursos de forma desmedida de la fuerza de trabajo al capital
- Las condiciones de desarrollo, pues una serie de pequeños privilegios que haya tenido una persona en su entorno familiar y hasta en su país, pueden hacer una gran diferencia conforme pasen los años
¿El emprendimiento genera desigualdad? (I)
La discusión sobre la desigualdad sigue siendo vigente dada su presencia en varias economías en un contexto de paupérrimo crecimiento global. Revisamos a su relación con el emprendimiento.
La desigualdad es un tema que ha estado en el centro de la discusión en los últimos años, dada su presencia en varias economías en un contexto de paupérrimo crecimiento global. En medio de dicho debate, de la coyuntura de las exigencias para México de la Cuarta Revolución Industrial, así como de la discusión del Presupuesto de Egresos 2019, vale la pena dedicar tiempo a la relación entre el emprendimiento y la desigualdad.
En primer término, hay que identificar que la inequidad no es la causa, sino la consecuencia de diferentes procesos económicos, políticos y sociales. Algunos de ellos son:
