El trabajo duro es esencial o muy importante para determinar el éxito de una persona, un proyecto o una corporación, esta verdad de perogrullo es obvia. Sin embargo, quien crea que el trabajo duro es el único factor para el triunfo estará cometiendo un grave error. El trabajo perseverante y constante es un elemento indispensable para llegar a la meta, sin duda, es tan importante que hemos llegado a pensar que es el único necesario y hacen falta más ingredientes. Algunos de los factores que componen el éxito están fuera de nuestro control y otros están directamente ligados a nuestra toma de decisiones.

Los factores que sobrepasan el extrarradio de nuestro control son variables socioeconómicas, como haber nacido en el país en el que resides o tener padres bien educados o no, así como, las características individuales, tales como la etnia, el sexo o la religión, se consideran materiales en las claves que nos llevan por el camino del éxito.

Las circunstancias que se encuentran fuera del control de una persona son igual o incluso más importantes para salir adelante en la vida como aquellas que están en nuestro ámbito de decisión.

Las circunstancias que escapan a la intervención directa de las personas se perciben como más importantes para dar forma tanto a los resultados positivos como negativos. Estas características que salen de nuestro control debemos observarlas y entender su funcionamiento. El éxito tiene un factor que escapa de nuestras potestades y está directamente relacionada con las desigualdades que hay en el entorno. Tanto los gobiernos como el sector privado tienen responsabilidades clave en la reducción de la desigualdad.

En lo que respecta a la reducción de la desigualdad económica, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es una organización internacional cuya misión es diseñar mejores políticas para una vida mejor llevó a cabo una encuesta en sus países miembros. Alrededor de siete de cada diez encuestados apoyan la participación de las distintas partes interesadas y más de la mitad de los encuestados cree que tanto los actores públicos como los privados tienen un papel clave que desempeñar en la reducción de la desigualdad. A pesar de que las personas tienen diferentes preferencias sobre cómo reducir la desigualdad, las ideas no son mutuamente excluyentes.

Claro que políticas como el incremento de salarios mínimos en nuestra región, el acceso igualitario a educación, una política recaudatoria eficiente, cero tolerancia a la corrupción son iniciativas que se encuentran en el entorno y que cada individuo en lo personal podrá tener opiniones y hacer poco. Pero, en términos de éxito es indispensable conocerlas y entenderlas para saber cómo movernos en el escenario.

El análisis de la encuesta de la OCDE revela que los encuestados apoyan firmemente las medidas políticas que se centran en los jóvenes y las generaciones futuras, así como en los trabajadores vulnerables, apoya las opciones para mejorar el acceso a la educación igualitaria y el refuerzo del salario mínimo. Asimismo, se ve en los resultados una preocupación genuina por el envejecimiento de la población mundial. Todos estos son datos que nos apuntan a problemas que hay en el entorno que están esperando una solución y se ponemos atención, tal vez, nosotros podamos ofrecerla.

Los negocios se inician con un propósito: generar utilidades. Para lograrlo, necesitamos detectar una necesidad que no ha sido resuelta y estar en el lugar preciso en el momento adecuado para ofrecer esa solución. Cuidado, no me estoy refiriendo a tener buena suerte. No, por favor. Se trata de comprender las creencias de las personas sobre cómo se debe lograr la igualdad de oportunidades es clave para diseñar políticas, proyectos y soluciones que obtengan el apoyo público.

Para ello, para generar proyectos exitosos, se requiere obtener más información en nuestra serie de ideas sobre políticas que investigan las preferencias públicas por políticas y acciones destinadas a reducir la desigualdad y mejorar las oportunidades para todos. Ese es un buen paso que nos encamina al éxito. En los diez años transcurridos desde que la OCDE publicó sus Directrices oficiales sobre la medición del bienestar subjetivo, la inclusión de indicadores evaluativos, afectivos y eudaimónicos de bienestar en la medición nacional y las encuestas de hogares ha crecido.

Los esfuerzos de los Estados miembros de la OCDE revelan que los datos de satisfacción con la vida están en gran medida armonizados. La práctica de medición en torno al afecto y la eudaimonía sigue a fin de satisfacer estas necesidades y subsanar las lagunas detectadas en la orientación internacional, en los próximos años. Esto nos revela oportunidades. El Centro de la OCDE para el Bienestar, la Inclusión, la Sostenibilidad y la Igualdad de Oportunidades desarrolla una versión nueva y ampliada de las Directrices para medir el bienestar subjetivo. Para poner en marcha este esfuerzo y dar forma a la agenda de políticas y medición es preciso estar atentos y debatir temas para futuras recomendaciones de medición de la OCDE.

La elaboración de orientaciones sobre indicadores subjetivos de bienestar infantil, y la introducción de enfoques más inclusivos a nivel mundial incluyendo las perspectivas de las comunidades indígenas, los grupos minoritarios y los diferentes tradiciones culturales en los países de la OCDE. Esto se puede traducir en una posibilidad que está abierto a todos, incluidos los medios de comunicación, la sociedad civil, los profesionales de la política, los académicos, los estadísticos y los otros interesados en esta importante agenda. Es en estas tendencias que se pueden detectar anticipadamente las posibilidades de éxito que podemos descubrir antes que los demás.

En torno a proyectos exitosos, hay un dicho popular que es muy cierto: El que pega primero, pega dos veces. El trabajo arduo será necesario, no hay duda ni escapatoria. Pero hay antecedentes de los que tenemos que estar al pendiente:

1. Una mejor comprensión de la satisfacción del dominio: validez y uso de políticas.

2. Los indicadores de satisfacción que indican hasta qué punto la gente está satisfecha con varios aspectos de sus vidas: sus trabajos, su vida familiar, la forma en que pasan su tiempo, entre otros conceptos.

Por increíble que nos resulte, estos indicadores no han recibido mucha atención como otras medidas de bienestar subjetivo. Por lo tanto, si nosotros nos interesamos en este rubro estaremos un paso adelante. Las medidas de satisfacción ponen de relieve las lagunas en la base de evidencia que podrían completarse con futuras investigaciones y discutir aplicaciones políticas útiles de estos datos y conducir nuestros caminos con el rumbo de proyectos triunfadores. En fin, no es sólo trabajo arduo, es sagacidad, cuidado, atención al entorno, comprensión y luego: trabajo arduo.

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