Una de las ciudades más emblemáticas en la celebración de festivales no puede faltar dentro de la guía de cualquier viajero. Su vibra, tradiciones y patrimonio cultural forman parte de una experiencia que en tan solo 48 horas harán que cualquiera se enamore de esta ciudad. Durante todo el año, la capital escocesa se reviste de colores, música y arte, no sólo con la gran cantidad de festivales culturales que toman lugar en ella, sino también con el espectáculo natural que cada estación trae a la ciudad apodada Auld Reekie (“vieja chimenea” en español). Además de ello, este es un destino culturales con una gran riqueza en sus calles y edificaciones. Esta es una guía por los puntos más importantes para visitar:   Palacio Holyroodhouse  En su interior, la actual residencia de la corona escocesa se encuentra revestida de arte barroco y lujosos tapices, mismos que hacen de este recinto una joya arquitectónica. Uno de sus principales salones es “Great Gallery”, que aún se encuentra en uso para realizar recepciones reales y gracias a los numerosos retratos con los que cuenta se considera un salón en el que confluyen importantes elementos artísticos e históricos.   Un paseo por Royal Mile La más famosa calle de la ciudad que conecta el Castillo de Edimburgo y el Palacio de Holyroodhouse le brinda a sus visitantes la oportunidad de vivir una experiencia escocesa completa a través de sus restaurantes, museos y tiendas en tan solo una milla de largo. En un paseo a lo largo de su extensión se puede disfrutar de la comida típica escocesa como el, ya mundialmente conocido, Scotch Broth o un delicioso Cook A Leekie, excelentes opciones para cualquier amante de la gastronomía.   Castillo de Edimburgo Esta imponente fortaleza medieval ofrece una de las mejores vistas de la ciudad. Situado en la parte más alta de un volcán extinto, esta edificación constituye uno de los lugares más emblemáticos e importantes de la ciudad y todos los días a medio día sus visitantes son testigos de una tradición centenaria, un cañón real es disparado por el General de Artillería. También, el Castillo de Edimburgo es hogar de los más simbólicos atributos de la cultura escocesa como las Joyas de la Corona y la Piedra del Destino – una legendaria piedra que se utilizaba en coronaciones reales. Además de ello, la visita del castillo no estaría completa sin un breve recorrido en la Capilla de Santa Margarita y a las históricas prisiones de guerra, un perfecto complemento de este destino histórico.   Una tarde en Calton Hill En el lado este de Edimburgo, Calton Hill se sitúa como uno de los miradores por excelencia de la ciudad. La convergencia histórica y científica de este lugar lo convierten en una localidad de gran relevancia. Por un lado, es lugar de residencia de “una pequeña Atenas”, el Monumento Nacional, erigido a manera de memorial para los caídos durante las Guerras Napoleónicas; y del Monumento a Nelson, una torre de 170 escalones construida en homenaje al Vicealmirante Nelson, victorioso en la Batalla de Trafalgar.   Princess Street Gardens Lo que anteriormente era el lago más importante de toda Escocia, el Nor Loch (o Lago Norte en español), ahora son los jardines que separan Ciudad Nueva de Ciudad Vieja. Con una extensión de más de 150,000 metros cuadrados, uno de los puntos de reunión más importantes del país ofrece diferentes maravillas naturales de acuerdo a la temporada en que se visiten. Dentro de su extensión también se puede visitar la Galería Nacional de Escocia que resguarda obras de una amplia gama de periodos y corrientes artísticas que le conceden una experiencia cultural única a cualquiera que los visite.  

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