El secreto de regalar está en dar algo con significado, de acuerdo con los gustos de quien lo recibe y de preferencia, que tenga una historia que contar. Y si es un vino que se planea disfrutar en la celebración familiar, lo ideal será que además tenga una buena armonía con la comida, por lo que estos 5 vinos son la opción perfecta, ya que además de ser deliciosos, son mexicanos y están elaborados por grandes enólogas y mamás.
Mina Penélope Sauvignon Blanc
Elaborado por Verónica Santiago de Mina Penélope
Fiel al estilo puro, aromático y vibrante de los vinos de Verónica, este espectacular Sauvignon Blanc del Valle de Guadalupe es una delicia; perfecto para acompañar un sinfín de platillos con base ácida (como ensaladas, ceviche, aguachile, queso de cabra), maravilloso con sushi, preparaciones aromáticas de la cocina asiática y también excelente opción para beber sin comida. Además, es un vino de muy poca producción, por lo que, si lo encuentras, no dejes pasar la oportunidad de comprarlo.
Valle de Tintos Chenin Blanc
Elaborado por Nicole Martain de Valle de Tintos
Una de las uvas más apreciadas en los vinos blancos mexicanos es la Chenin Blanc y el elaborado por Valle de Tintos es un claro ejemplo del porqué de esa preferencia.
Las uvas, provenientes del Valle de San Vicente (Baja California), tienen una crianza de 4 meses en barricas de roble francés lo que le aporta al vino complejidad y lo hace muy versátil para para maridar alimentos, desde platillos con salsas cremosas, quesos, pescados, pollo y pavo a la parrilla o guisados en salsas con hierbas, hasta platillos ligeramente picosos y profundamente especiados como pipián, curry y muchas opciones más.
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Ocho Rosé
Elaborado por Lourdes Martínez Ojeda de Bruma
Los vinos rosados son maravillosos por su flexibilidad en los maridajes, su frescura y lo fáciles de tomar y ricos que pueden llegar a ser y afortunadamente los hechos en México cada vez sorprenden más.
Ocho Rosé está elaborado por Bruma, una de las bodegas más bellas del Valle de Guadalupe, con uvas de la variedad Sangiovese (si, la uva que se utiliza en la Toscana para elaborar los vinos de Chianti) y el resultado es un rosé fresco, aromático, muy elegante y con una potencia que lo hace perfecto para muchos platillos de la gastronomía mexicana, desde los más ligeros como ceviches y aguachiles, hasta cochinita pibil, mixiotes, pulpo adobado y un larguísimo etcétera. Perfecta combinación también para salmón, sushi, quiche, arroces y paella.
Amantes
Elaborado por Kristin Shute de Lechuza
Amantes es un vino fenomenal que hay que descubrir año con año, ya que su mezcla cambia cada cosecha y en el caso de la 2018 es un ensamble de Cabernet Sauvignon y Nebbiolo. Es sin duda una de las grandes joyas de la bodega familiar Lechuza.
Un vino estructurado y con una elegancia envolvente resultado de la mezcla de la gran calidad de sus uvas de cultivo orgánico con la larga crianza en barricas de roble; espectacular con estofados, cortes a la parrilla y mole Poblano entre otros. Lechuza elabora muy pocas botellas de todos sus vinos por lo que si tienes la suerte de conseguirlos no dudes en probarlos.
Único Santo Tomás
Elaborado por Cristina Pino de Santo Tomás
Santo Tomás es una de las grandes bodegas de nuestro país que cuenta 130 años de historia y elabora uno de los vinos mexicanos más reconocidos, Único.
Elaborado con una mezcla de 60% Cabernet Sauvignon y 40% Merlot que provienen de parcelas seleccionadas con viñedos viejos y de poca producción. Un vino rico y equilibrado, que refleja la personalidad de cada variedad y la complejidad que desarrollan en la crianza en barricas de roble. Espectacular con cochinillo, cordero, birria y preparaciones densas de sabor intenso como estofados y mole.
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