Los quesos son un gusto gourmet perfecto para celebrar en compañía de amigos, seres queridos o simplemente para consentir el paladar, y una de las mejores formas de acompañarlos es con una copa de vino.
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El calendario se llena de festividades gastronómicas y esta vez queremos celebrar a uno de los alimentos más ricos que puedes disfrutar en infinidad de platillos gracias a las más de dos mil variedades que se producen en el mundo, el queso.
Queso y vino, el maridaje por excelencia
El queso, al igual que el vino, son uno de los productos gastronómicos más antiguos que se conocen, se les ha ligado como una buena mancuerna, para lograr excelentes maridajes, ya que ambos cuentan con una variedad de sabores y formas.
La clave al maridar queso con vino es lograr equilibrar la fuerza e intensidad de los sabores de cada uno, si es un queso de aroma y sabor suave, deberá ser acompañado de un vino de las mismas características; por el contrario, si el queso es de sabor intenso, podrá maridar con un vino más estructurado. Por ejemplo:
Quesos azules
Los quesos azules se reconocen por su sabor robusto, picante, generalmente salado y por su aroma. Estas características los hacen un maridaje excelente para los vinos más dulces, como por ejemplo los vinos blancos aromáticos, entre ellos unas opciones excelentes son los elaborados con las variedades Riesling y Gewürztraminer, tanto semi secos como vinos de cosecha tardía o incluso con botrytis. Otro maridaje inolvidable es el del queso azul y el oporto, que por su potencia y dulzor empatará y contrastará con la estructura y salinidad de los quesos azules.
Pruebalo con Casa Madero Cosecha Tardía, un vino dulce elaborado con uvas de las variedades Semillón y Gewürztraminer en el Valle de Parras, Coahuila.
Queso Brie o Camembert (quesos cremosos y grasos)
Ambos quesos son originarios de Francia, con un sabor similar a terroso, afrutado, herboso e incluso a hongos. Ambos quesos destacan en la cocina por su suavidad y cremosidad.
Este tipo de queso es de los más aptos para disfrutar con un vino refrescante como el Balero Blanco, un vino mexicano, que con sus notas cítricas podrás degustar los quesos.
“El vino mexicano, es parte de nuestra herencia, de nuestra cultura, de nuestra gastronomía; es lo que nos hace finalmente poder expresar todo lo rico como país” Humberto Falcon, Enólogo de Balero.
Otra excelente opción de maridaje para los quesos de este estilo (¡Y de todos!) son los vinos espumosos, en el mundo hay grandes opciones como Champagne, Cava y Prosecco de diferentes estilos que son acompañamiento perfecto. Un gran vino espumoso mexicano es Vinaltura Espuma Bajío Rosé, elaborado por el método tradicional en el Valle de Colón, Querétaro.
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Queso de cabra
Esta joya quesera de pasta suave con una costra de moho blanco comestible, que se complementa con el toque de cenizas al exterior, combina muy bien con vinos blancos secos y con buena acidez y vinos rosados secos y ligeros.
Todas las variedades de queso de cabra tienen un sabor muy particular, distinguible a la distancia por su intensidad. Por eso, forman una combinación perfecta con fresas, higos, frambuesas y frutos secos.
Uno de los maridajes más clásicos para los quesos de cabra es el Sauvignon Blanc de la región francesa de Sancerre, ya que además de su frescura, aportará las notas herbáceas características de la variedad y su toque cítrico y mineral. ¿Qué opción de vino mexicano será un gran maridaje? Pruébalo con Lágrimas de San Vicente Sauvignon Blanc, de la vinícola Llano Colorado.
Un vino rosado perfecto para el queso de cabra (y un sinfín de platillos) es Los Cedros Rosado, elaborado por el enólogo José Trillo en Arteaga, Coahuila para Bodega Los Cedros utilizando uvas de las variedades Malbec y Tempranillo.
Una opción deliciosa y variada: Tabla de quesos
Una tabla de queso es ideal como buen aperitivo, postre o para cualquier ocasión. Es perfecta para compartirla cuando estamos con amigos y familia, algunos expertos mencionan que es importante tener en cuenta no mezclar más de seis tipos de quesos en una tabla para que tenga sabores y texturas diferentes.
En cualquier caso, no deberías calcular menos de 30 gramos por cada tipo de queso que ofrezcas, por persona. Además, acompáñala con algo de frutos secos, mermeladas y frutas frescas como uvas, fresas o manzanas. Añádele también pan Melba o rústico y tostadas.
Ya que hemos visto que cada queso requiere un maridaje diferente. Lo más fácil es abrir un vino blanco que no sea demasiado potente, pero si ligeramente aromático, como un Chardonnay con poco paso por barrica o un Sauvignon Blanc. En cualquier caso, un vino tinto, pero con la menor cantidad de taninos posible, como los elaborados con las variedades Pinot Noir o Gamay. Prueba Kruger Pinot Noir, elaborado en el Valle de Guadalupe por el enólogo mexicano Eduardo Córdoba Kruger.
Hay pocas cosas en la vida gastronómica que encajen mejor que el vino y el queso, la combinación icónica de ambos sabores cuenta con un sinfín de posibilidades por descubrir y un mundo por explorar.
Esperamos que estas opciones de maridaje que te compartimos sean de gran utilidad para la próxima cena, comida o reunión que se organice entre familiares o amigos. Al principio puede parecer un tanto complicado, pero al final terminarás explorando y disfrutando cada gama de quesos y vinos hasta encontrar tu maridaje perfecto.
