La mano es un elemento icónico en la obra del artista mexicano Pedro Friedeberg que esta vez brilla con la fuerza del oro de 18 quilates y el poder conjunto de las piedras preciosas incluidas en cada uno de sus dedos. La pieza rinde tributo a la obra del creativo mexicano y forma parte de la colección de joyas Melanóforis.
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“Es el momento en que se disipa la oscuridad, en griego antiguo. Es cuando enciendes la luz; ese instante es Melanóforis”, explica Alejandro Sordo a Forbes Life, creador de esta colección de joyas de la mano de César Espino. La colección incluye 12 piezas extraídas del universo creativo de Pedro Friedeberg que son elaboradas con oro de 14 y 18 quilates, además de platino y piedras preciosas como la amatista, esmeralda, el diamante, zafiro y rubí.
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Sordo revela que las piezas de Melanóforis incolucran en su creación el trabajo de diseñadoras joyeras egresadas de CENTRO. El resultado de este esfuerzo se expresa en dijes, mancuernillas, aretes, pulseras y anillos que cautivan a los amantes del universo artístico de Friedeberg. Todas las piezas se encuentran a la venta en la galería Huset, en la Ciudad de México, y en línea a través de la página oficial de Melanóforis.
A futuro
La colección de joyas alista una nueva división de piezas creadas con plata, la cual replicará algunos de los símbolos que forman parte de la colección original. Sordo afirma que esta nueva división de Melanóforis podría ver la luz en la segunda mitad del año en curso en los principales museos de arte contemporáneo del país, así como en colecciones privadas.
“Él tenía mucho escepticismo (Pedro Friedeberg) pero después se dio cuenta que la mayoría de los artistas importantes del planeta tienen su línea de joyería y esto lo revaloriza, y le gustó”, revela Alejandro Sordo.
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