Glamour en plenitud

Viajar en el futuro

Entrar en el estudio de Pedro Friedeberg es adentrarse en un mundo imaginario en donde la perspectiva
cobra protagonismo en casi todas sus obras. El reconocido artista, considerado por muchas personas como el último surrealista de su generación (aunque a él esa percepción no le agrada mucho), nos recibe contándonos que ese día se levantó a las siete de la mañana.

“Me acordé de esta idea”, dice, mientras sostiene en sus manos un pequeño pedazo de papel donde trazó una figura geométrica. “Todavía no entiendo cómo la hice. Creo que es una raya partida en seis… y luego los cubos”, explica, al tiempo que intenta descifrar el dibujo que, probablemente, sea el inicio de otra formidable obra que pasará a formar parte de su ya extensa y magnífica aportación al mundo del arte.

Sí, seguramente será semilla de la obra que está en etapa incipiente sobre su escritorio, cuyas líneas rectas, hasta ahora, son resaltadas tan sólo por contrastes en blanco y negro.

Pedro Friedeberg
Foto: “Estreno en el Cine Chapultepec” (1975), estampada en gráfica digital sobre tela. Esta pieza de edición limitada se presentó en 2023. Atrás: “Mano Sol” y “Mano Luna” (2017), en cerámica de Cuernavaca/Oswaldo Ramírez y Aurea Del Rosario

Entre una sucesión de pequeños instantes, Friedeberg le muestra a Forbes Life un libro en el cual se ven
imágenes de las piezas que fueron parte de la exhibición que realizó recientemente en la Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia, compuesta por maquetas arquitectónicas, “pero modernistas, como de tiempos pasados”, comenta y se apresura a agregar: “Estoy en contra de la arquitectura moderna y me parece que se le ha pasado la mano con la falta no sólo de belleza, sino de intimidad, de
personalidad, de humanidad.”

Por esta razón, lo que mostró en Venecia está, más bien, basado en tiempos de arquitectos italianos de
Lombardía y Piamonte
(además de Andrea Palladio), sus favoritos, como lo es también el español Antonio Gaudí y su “arquitectura orgánica”.

Para el artista, existe una serie de países, como Italia, México, Sri Lanka o Egipto, que pareciera haber sido favorecida por su atmósfera y en donde las muestras arquitectónicas son realmente notables.

“México es como un país escogido del surrealismo, porque hay mucha libertad y mano de obra para hacer cosas extrañas y la gente no se pregunta: ‘¿Por qué estoy haciendo esto?’”, comenta, con ese humor agradable y ligero que lo caracteriza.

Pedro Friedeberg
Foto: Oswaldo Ramírez y Aurea Del Rosario

El arte de la distancia

Aunque Friedeberg abandonó sus estudios de Arquitectura, esta disciplina ha tenido una influencia profunda en su propuesta plástica. Él no duda al afirmar que debe haber alguna disciplina académica en el arte: “A mi modo de ver, debe ser así; según lo que a mí, personalmente, me interesa, [ésta es necesaria]”, resalta.

En parte, por esta razón, la geometría y el uso de la perspectiva son elementos recurrentes en sus
creaciones. “Yo uso la perspectiva del Renacimiento, como pueden ver”, dice; “por eso me enamoré de la Arquitectura, porque, cuando la estudiaba, el maestro de Dibujo me enseñó a calcular cómo se van haciendo pequeñas las cosas, [lo] que también es una convención, es una disciplina que
mucha gente no comprende”.

A pesar de este rigor en su propuesta artística, acepta que todo el arte debe ser un juego, pero “uno muy difícil, porque se tiene que estudiar 15 años en una academia para saber pintar como los artistas venecianos del siglo XVIII”, expresa, con una sonrisa.

En esta incansable búsqueda creativa encuentra inspiración en distintos lugares; sin embargo, confiesa que uno de los primeros espacios que le inspiraron fue la Casa Requena, una antigua propiedad localizada a unos pasos de la Alameda Central, en la Ciudad de México, considerada una obra de arte en sí misma, cuya decoración era de estilo Art Nouveau.

Por primera vez, Pedro Friedeberg crea una colección para Manifesto, en colaboración con Montblanc

“Aparte de eso, también existe mucha arquitectura un tanto excéntrica en Europa [que me inspiró]. La arquitectura siempre fue usada para las obsesiones personales de la gente”, agrega, mientras asegura que todavía hay mucho que inventar. “La geometría es infinita. No sólo es un triángulo,un círculo o un cuadrado: con eso se pueden hacer muchas cosas”.

Cartas en blanco y negro

Con una mente creativa incesante que lo lleva a estar imaginando nuevas piezas constantemente, asegura que le gusta trabajar en libertad, porque se puede demorar hasta 10 días en terminar un dibujo.

Por ello, dedica varias horas al día a trabajar en su estudio; así puede avanzar con tranquilidad en los distintos proyectos que tiene en puerta. Es el caso de sus próximas exposiciones, las cuales se llevarán a cabo en colaboración con Manifesto, galería localizada en la ciudad de Guadalajara, en Jalisco.

La primera de ellas, “Alquimia Sinfónica”, reunirá a nueve representantes de la plástica contemporánea, cuyo trabajo está estrechamente ligado a la Arquitectura. Ésta se realizará del 23 de agosto al 12 de octubre de este año.

Pedro Friedeberg
Foto: Oswaldo Ramírez y Aurea Del Rosario

Ahí, Friedeberg expondrá 20 obras, entre originales, escultura y gráfica, razón por la cual encontramos al artista en pleno proceso inventivo. “En estos momentos estoy haciendo un dibujo geométrico para una serie que se va a presentar próximamente”, nos dice, con el entusiasmo que le provoca seguir creando tras una larga vida dedicada al arte.

Asimismo, en septiembre tendrá lugar, en un evento privado, la muestra: “Montblanc x Manifesto: Pedro Friedeberg”, la cual representa una inusitada colaboración entre la exclusiva firma de instrumentos de escritura, fundada en Hamburgo, y la galería de arte citada.

Será la primera colección que Pedro Friedeberg crea para Manifesto en colaboración con la marca de lujo. De ahí la trascendencia de la exposición y el acontecimiento a su alrededor, pues, además de la
posibilidad que tendrán los asistentes de admirar obras originales en tinta Montblanc, presenciarán la intervención del artista ítalo-mexicano en cartas a personajes históricos del arte.

Foto: Oswaldo Ramírez y Aurea Del Rosario

Tras explicarnos la importancia de una tinta para los trazos, el maestro confiesa: “Si no hubiera sido dibujante arquitectónico, habría sido escritor. Me gusta mucho la literatura: por eso integro textos en varias de mis obras”. Al mismo tiempo, destaca su interés por perspectivas basadas en caligrafía. Ello, poco antes de despedirnos de él y dejarlo seguir trabajando e inspirando al mundo del arte.

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