Grupo Carso reta las tendencias de negocios en EU
La segunda empresa del imperio Slim Helú, a cargo de Antonio Gómez García desafía las tendencias del modelo de negocios en Estados Unidos, a base de rentabilidad.
Por César Martínez Aznárez
Grupo Carso, a cargo de Antonio Gómez García, es la compañía más rentable de las controladas por Carlos Slim. Podría pensarse que eso se debe a una diferencia tradicional entre distintos negocios, pero también aventaja, y de lejos, a sus propios pares y al selecto club de los 10 conglomerados industriales más grandes del mundo.
Grupo Carso es la segunda empresa en el patrimonio de Slim Helú, ponderada con el valor de las acciones que posee el empresario (6,886 millones de dólares, al cierre de este artículo), razón de sobra para que el magnate ejerza una gran influencia en las decisiones relevantes como miembro del Consejo de Administración, presidido por su hijo Carlos Slim Domit, también accionista.
¿Qué peso atribuir, entonces, a la gestión de Gómez García en los resultados? Pues, vamos por partes.
En el trienio 2016-2018, la rentabilidad del capital invertido (ROIC) de Grupo Carso fue de 8.1%, superando, en el siguiente orden, a América Móvil, Telekom Austria, Inmuebles Carso, FCC, Ideal, Minera Frisco y Realia, empresas en las cuales Slim posee el control accionario, y cuya rentabilidad va de 7.2% a 1.1%. Grupo Financiero Inbursa también está bajo su control, pero los indicadores de las financieras no son comparables con el resto.
El grupo tiene una rentabilidad mayor al promedio de los 10 conglomerados industriales más grandes del mundo, de 4.5% en el último trienio. También rebasa al sector en su conjunto, compuesto, en promedio, por 205 empresas, cuya tasa es de 4.6%, según cálculos elaborados con datos de S&P Capital IQ.
Te puede interesar: Emporio de Carlos Slim tendrá su propio índice bursátil
En la gestión completa de Gómez García, de cinco años desde que asumió en 2014, la rentabilidad promedio fue de 8.2%, mientras en el sector de los conglomerados fue de sólo 4.7% (y de 4.8% en el top ten).
Es un mérito mantener esos niveles, pero también es cierto que Carso ya desde antes cosechaba la misma rentabilidad. El anterior CEO, José Humberto Gutiérrez Olvera Zubizarreta, estuvo 13 años en el cargo y su promedio fue un poco mayor, de 8.5%.
Grupo Carso tiene cuatro divisiones: la comercial en Grupo Sanborns, la industrial en Grupo Condumex, la construcción en CICSA y la energética en Carso Energy. El grupo contó en sus filas con negocios mineros, de cerámicas, tabaco, inmobiliarios, ferrocarriles y hoteleros, entre otros. Cuando Gómez llegó, la empresa ya se había desprendido de ellos.
Después de la era dorada de los megaconglomerados en los años 60 y 70, el abanico de negocios de este modelo adelgazó; proceso agudizado en los últimos años, bajo el argumento de que las empresas más “enfocadas” en su actividad son más eficientes.
El conglomerado estadounidense United Technologies, el cuarto más grande del mundo por ingresos, en noviembre pasado anunció su separación en tres empresas para 2020.
Un artículo publicado en julio pasado en The Motley Fool (una web de asesoría financiera del mundillo de Wall Street) decía que los megaconglomerados industriales son “un modelo de negocio claramente pasado de moda”, y recordaba que, el año pasado, se aceleró la tendencia, porque General Electric y Honeywell también tomaron medidas para ser compañías más enfocadas. Mientras Grupo Carso exhibe rentabilidad, el título de ese artículo es provocador: “El fin de los conglomerados industriales”.