Por Gerardo Familiar* En países en desarrollo como México la clase media ha crecido, lo cual representa una necesidad creciente de más vivienda, mayor infraestructura como caminos, refrigeración, sistemas de aire acondicionado, aumento en el consumo de energía, de productos de consumo en empaques desechable, de automóviles, celulares, computadoras y muchas otras necesidades derivadas de una mega tendencia que se repite en muchos países en desarrollo. Un ejemplo específico es el porcentaje de hogares con línea telefónica celular o fija, pasó de 40% en el año 2000 a 90% en 2017, los hogares con una computadora por lo menos pasaron de 11.8% a 45.6% en el mismo rango de tiempo. La pregunta que todos se hacen es, como las industrias podrán enfrentar este cambio tan positivo para la humanidad, de tal manera que se puedan tener soluciones más innovadoras y más accesibles para las personas y que a su vez sean más sustentables y amigables con el medio ambiente y que mejoren la calidad de vida de las personas. Por otro lado, en los países desarrollados los mercados son maduros, con industrias sólidas y productos bien posicionados. Sin embargo, existe una búsqueda constante de hacer más fácil y cómoda la vida de las personas, de desarrollar las nuevas tendencias tecnológicas que ayudan en la comunicación y al acceso de la información y también, hay una necesidad de las empresas de crear productos diferenciados de sus competencias, junto con una creciente conciencia ecológica más educada, informada y activa. Todos éstos, son factores que en los últimos años han creado las condiciones ideales para forzar la transformación acelerada de muchas industrias e ir evolucionando para crear nuevos productos y soluciones innovadores que hacen mejor la vida de las personas. Hay varios factores que intervienen para que esta transformación se pueda dar, ya que ha sido necesario repensar el enfoque de las soluciones y como replantearlas.  La innovación, se puede obtener a través de la variedad de pensamiento que podrían brindar equipos más diversos y estilos de liderazgo más incluyentes en donde todas las voces se escuchan, principalmente aquellas que se encuentran más cerca del reto a resolver. El avance de la ciencia y la tecnología, las cuales combinadas potencian soluciones que en el pasado difícilmente las habíamos imaginado.   Y finalmente, la Química, pieza clave para desarrollar y hacer reales todas estas innovaciones que benefician a millones de personas en todo el mundo. ¿Seguramente se están preguntando, por qué la química y qué papel juega en estas innovaciones?, otros argumentaran que la innovación se da básicamente por las nuevas tecnologías de información, por los chips o por las apps. Lo interesante es que, sin la química, las nuevas tecnologías de información no existirían, un claro ejemplo es que, para poder haber transformado esa industria, se necesitaron chips que pudieran tener un desempeño sobresaliente, con tamaños muy pequeños y que soportaran condiciones de temperatura sin impactar considerablemente su desempeño, para poder hacer eso posible, se tuvieron que crear materiales con compuestos químicos, que hicieran esos chips una realidad. Hoy la química y la innovación han permitido mejorar productos utilizados por muchos y que disminuyen el impacto de los recursos utilizados al medio ambiente. Tal es el caso del dióxido de titanio que es utilizado para producir pintura y que ha ido mejorando para ser aún más efectivo y sustentable; es un componente químico que se utiliza en la fabricación de pinturas y que permite pintar más con menos material. La química está en todas partes, donde menos se lo imaginan ahí es donde la encontrarán; sin duda es un elemento fundamental para mejorar la vida de las personas alrededor del mundo. Es el componente básico que pocos identificamos y que de una manera más eficiente y sustentable da forma a los mercados, facilita la transformación de las industrias y la vida de las personas brindando productos y soluciones innovadores que enfrentan a los retos mundiales. *Director General de Chemours.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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