Las primeras declaraciones oficiales, 48 horas después de la fuga, ¿fueron dictadas por el subconsciente del secretario de Gobernación y de la procuradora, contra lo que expresaron en su lenguaje consciente?   Dicen los expertos en psicología y PNL (programación neurolingüística) que en la comunicación humana influyen procesos subconscientes que afectan la calidad de los mensajes, y que cuando el mensaje que transmitimos desde el lenguaje hablado consciente no es acorde con lo que se quiere transmitir a nivel subconsciente, la comunicación sufre serias distorsiones que generan desacuerdos, antipatías, desconfianza y ruptura de la comunicación. Me parece que eso sucedió durante la conferencia de prensa del secretario de Gobernación, el pasado lunes 13, con motivo de la fuga del Chapo, que, en lo particular, me dejó más dudas que certidumbre. Es posible que esas primeras declaraciones oficiales, 48 horas después del suceso, hayan sido dictadas por el subconsciente del secretario y de la procuradora General de la República, contra lo que expresaron en su lenguaje consciente. Viendo el video y releyendo sus palabras, más que explicar lo que ya se estaba haciendo por parte de las instituciones ante un hecho consumado, el secretario estaba más preocupado por dejar la idea de que este sexenio ha sido mejor que los anteriores en combate a la delincuencia. Al parecer, en el subconsciente le urgía resaltar que este gobierno logró lo que ninguno de los anteriores, y a lo largo de la sesión lo expresó en siete ocasiones en frases como: “fue este gobierno quien lo capturó a él y a otros buscados por muchos gobiernos durante mucho tiempo”, “… en 15 meses lograron la detención de este criminal y de otros muchos más”, “… pudiera contarles con varias manos las muchas (fugas) que se dieron en el mismo periodo en otros sexenios”. De igual forma, el subconsciente le llevó a sugerir, subliminalmente, que las normas internacionales de construcción de penales están equivocadas porque no consideran el escape vía subterránea; en esencia, su mensaje era algo como: se construyó conforme a las normas internacionales, ahí reclámenle a los organismos certificadores. Hasta en seis ocasiones se refirió a ello en frases como: “… cuando digo que está certificada, es que tiene una certificación igual a muchas que podrían enumerarles de Estados Unidos… exactamente las mismas”, “Guzmán Loera logró fugarse a partir de una estrategia que pudiera evadir todos los sistemas internos de seguridad diseñados conforme a estándares internacionales”, “… insistir en que ese penal es lo máximo en seguridad y que está certificado internacionalmente”.   Yo no fui, fue Teté Otras frases seguramente yacentes en el subconsciente, a pesar de estar escritas en su discurso, tuvieron que ver con el deslinde de su responsabilidad, al referir sutilmente que Ejército y Policía Federal tenían responsabilidad, expresada en frases como: “En el exterior de este penal, desde hace un año y medio existe un operativo de vigilancia adicional del Ejército Mexicano y de la Policía Federal”, “…tenía instalado un sistema de vigilancia de circuito cerrado que siempre estuvo funcionando y monitoreado en tres turnos durante las 24 horas del día, desde el interior del penal y el centro de control de la Policía”. Su preocupación interna era señalar que él estaba bien y que fueron los demás quienes no cumplieron su responsabilidad. El impacto del evento llevó al funcionario a comunicar no lo que se había empezado a hacer, sino lo que realmente le hubiera gustado que se hiciera en cuanto a velocidad para actuar, es decir, empezar a operar de inmediato, lo cual expresó en frases como: “Desde el momento de su fuga, el Estado mexicano emplea todas sus instituciones y recursos…”, “Desde el primer momento, las fuerzas federales realizan un intenso monitoreo…”, “… se alcanzó a ver este momento en el que inicia la fuga, y en ese preciso momento se inició toda la alerta alrededor del penal”, “… inmediatamente iniciaron la búsqueda dentro de este túnel…”. Hoy se sabe que desde el momento visual de la fuga hasta que se dio la voz de alarma pasaron al menos 18 minutos y que de ese instante a que se activaron las instituciones pasó otro lapso en que el Chapo, seguramente, ya andaba lejos de ahí. Y en el afán de presumir la inmediatez llegó al absurdo de sugerir que la primera acción fue iniciar la búsqueda en el túnel, como si el prófugo se hubiera escapado de rodillas y lo pudieran alcanzar. Raymundo Riva Palacio lo expresó así en su columna del día 20 de julio en El Financiero: “Los 18 minutos son lo que tardaron en reaccionar para enviar a un custodio a mirar su celda. Nada más. Testimonios, extractos de las declaraciones ministeriales y la línea de tiempo a partir de los videos del penal permiten establecer la lentitud con la que las tres áreas de monitoreo reaccionaron y la confusión que se dio en el momento en que perdieron al Chapo Guzmán.” En cuanto a la procuradora, el subconsciente también le jugó algunas frases. De entrada, cuando al pararse frente al podio preguntó: “¿no me veo?”, quizá como una pregunta subconsciente sobre su desempeño. Pero más grave que ello fue cuando leyó: “… 17 internos que están recluidos en las estancias próximas a las celdas en que se encontraba Joaquín Guzmán Loera.” ¿Por qué habla de celdas? ¿Tenía el Chapo otras mejorcitas a la que se ve en el video, como presume la voz del pueblo? En otro momento, por alguna extraña razón del subconsciente, al hablar sobre una recompensa para quien ofrezca información que ayude a la captura, la funcionaria expresó: “Este día, la Procuraduría General de la República emite un acuerdo por el que se ofrece una recompensa de hasta 60 millones de pesos…” ¿Por qué, de inicio, dijo “de hasta”? ¿Será que el subconsciente le dictó buscar la forma de pagar lo menos posible? Finalmente, la cifra se absolutizó, con la esperanza de que alguien que tenga información se anime a denunciar… y sufrir las consecuencias. Finalmente, los textos me generaron algunos cuestionamientos:
  • ¿Se ha citado a declarar a visitantes frecuentes del Chapo? (incluyendo abogados y personas que se identificaron con documentos falsos).
  • ¿En verdad ninguna cárcel de alta seguridad en el mundo está a prueba de escapes subterráneos?
  • ¿Desde el mismo sábado de la fuga se checaron videos de las casetas de peaje de las autopistas cercanas al penal?
  • ¿Se aisló debidamente el área de escape para identificar huellas de autos, pisadas, huellas dactilares y otros elementos que pudieran ayudar a la investigación?
  • ¿De veras creen que ese penal será recertificado positivamente como expresó el secretario?
  • Si es verdad que los reclusos deben estar pelados a rape, ¿por qué el Chapo aparece con cabello abundante en el video de su fuga?
Independientemente de que siempre que algún funcionario antepone la frase “El presidente (o el secretario, o el jefe) me ha dado instrucciones precisas” me da la impresión de que no sabe cuáles son sus funciones y que el superior inmediato se las debe recordar para empezar a actuar, me quedaron claras cuatro cosas:
  1. La insistencia ilógica de señalar una efectividad del gobierno y una certificación del penal que la fuga echó por tierra.
  2. Las deficiencias de lectura de la procuradora General de la República.
  3. Los insuperables problemas de comunicación en los altos niveles gubernamentales.
  4. El problema no son los penales, sino la corrupción –libre o forzada– que existe dentro de ellos.
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