Por: Lucrecia Iruela

Todos nos acordamos del respiro que se la dio al planeta durante la pandemia. La naturaleza nos lo agradeció porque todo se relentizó. Menos atascos, menos polución, menos gente invadiendo espacios naturales. 

La vida parecía que se había parado pero la paradoja que se vivió en el Silicon Valley fue de acelerar motores en las empresas. Nadie dejó de trabajar, se implementó los equipos virtuales en menos de cuarenta y ocho horas.

El compromiso, la disciplina y la motivación de cada empleado se mostraba de forma exponencial porque a todos nos parecía que las empresas cortarían personal. Pero en realidad ocurrió el efecto contrario. Las empresas florecieron y se contrato talento de forma generosa. 

Los empleados por primera vez, saborearon lo que podia parecerse al equilibro entre la vida y el trabajo. Tenían tiempo para comer y cenar con la familia, hacer deporte e incluso descansaban mas. A pesar de toda la situación terrorífica que se vivía en el exterior, los empleados del Silicon Valley encontraron cierta seguridad desde sus casas y eso transpiro en la cultura de las empresas. 

Los equipos se unieron y entre todos se demostró que el trabajo remoto era posible. Después llego el éxodo de los empleados de las grandes del Tech ya que buscaron areas mas confortables y en muchos casos cerca de sus familias. Prácticamente todas las empresas tuvieron que negociar con el talento que decidió irse del Valle del Silicio. Había una tranquilidad notoria porque las cosas se estaban haciendo bien y las empresas cumplían con sus objetivos. 

Se saboreaba el equilibrio, el esplendor y el entendimiento de los Directivos y Ejecutivos para con los empleados. Se abogaba por humanizar los departamentos y se asumió el trabajar de forma híbrida.

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Pronto la industria fue golpeada por el ambiente económico a nivel mundial poniendo mas presión en las empresas tecnológica. Por primera vez en mucho tiempo la cultura organizacional se está viendo comprometida, no solo con todos los despidos masivos ejecutados de forma impersonal, poco común en la zona, sino con las exigencias y nuevas políticas de empresa. 

La tension que comenzó con Twitter a sus plantillas ha ido rebotando en todas las grandes del sector; el estrés es mas que palpable. Los managers están siendo mucho mas estrictos y se esta creando una pirámide de autoritarismo que no estaba bien vista hasta la fecha. Las décadas donde los empleados florecían y todo era amigable han pasado a la historia. 

El temor en estos días es tangible. Las empresas de forma explicita e implícita esta creando una cultura presencial que jamas ha sido contemplada en los “headquarters.” Los empleados tenían la libertad de estar en las oficinas para terminar su trabajo optando por llegar mas tarde, salir mas temprano o partir sus jornadas para atender otras obligaciones. No había presión ni control porque todo se basaba en la confianza y en los resultados. Las empresas siempre han sido de alto rendimiento en esta zona y la confianza estaba servida. 

Muy distinto esta siendo el panorama actual donde por primera vez, el miedo a no ser visto en tu puesto de trabajo se esta apoderando de los trabajadores. La prioridad ya no es solo en hacer las cosas de forma excelente sino de que los jefes y el resto de compañeros estén en sus puestos de trabajo de forma física. 

Para apretar las tuercas incluso mas, parece que habra consecuencias negativas para aquellos que no cumplan con sus jornadas y se retribuirá de forma positiva a aquellos que cumplan con su presencia. 

Los parámetros están cambiando y la picaresca empezará a salir no tardando mucho. Este comportamiento que podia ser mas común en los países de habla hispana, no era común en California y mucho menos en la zona de la Bahía. El estar presente en la oficina se intercambiaba por “hacer el trabajo a tiempo” y donde en la mayoría de los casos nadie interrogaba. 

La motivación esta bajando exponencialmente y los valores a la hora de trabajar se están invirtiendo. Es un momento difícil donde tanto los Ejecutivos como los Directivos y Empleados se están enfrentado a un ambiente nuevo y complicado y todos los componentes están expectantes. De lo que no cabe duda es que la repercusión al resto de países se producirá no tardando mucho ya que en las sedes centrales las nuevas políticas están siendo muy rigurosas. 

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Contacto:

Lucrecia Iruela. Abogada, Coach ejecutivo, Empresaria Marshall Goldsmith 100 coaches IG @melioranet
Twitter: lucreciart
LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/lucreciai/ 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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