Si queremos una economía sustentable necesitamos sí o sí que también los océanos lo sean, asevera Max Bello, asesor de políticas oceánicas de Mission Blue y quien destaca la importancia de aumentar las áreas marinas protegidas ante la sobreexplotación de estos.
Cada vez se oye más del término “economía azul”, con el cual el Banco Mundial habla de un océano sustentable, de recursos económicos que permiten el crecimiento, a fin de ayudar a la mejora de la calidad de vida, de sostener los trabajos alrededor del mundo y a su vez, que de alguna forma se mantenga la salud de los océanos.
Se habla también de la capacidad humana de mantener los recursos naturales y custodiarlos, explicó Max Bello en el Foro Forbes Economía Verde y Desarrollo Sostenible 2022.
Señaló que si bien se tiene presente la crisis del cambio climático, que es la que más se conoce, hay otra, la de querer seguir creciendo en un planeta que no lo ha hecho.
“Seguimos tratando de asegurar el crecimiento actual, sin embargo ante un planeta que no ha crecido más, (…) es el mismo que teníamos hace 50 años, hace 100 años o hace varios siglos atrás, sobre ese mismo planeta estamos planteando el seguir creciendo económicamente y el seguir extrayendo bienes y servicios”, dijo.
Destacó el hecho que sobre las océanos se ha hecho mucho, se extraen hidrocarburos, se han desechado aguas residuales y basura, también se transportan mercancías sobre éstos y se han desarrollado actividades turísticas.
Además, hoy día viene creciendo todo lo que tiene que ver con las energías renovables que están asociadas a las zonas costeras y marítimas, así como las explotaciones pesqueras.
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“90% de los stocks pesqueros del planeta están actualmente en sobreexplotación, eso es grave y eso es complejo porque seguimos también diciendo que dependemos de la proteína proveída por el mar, por los peces que estamos capturando de forma importante”.
En ese sentido, señaló que para recuperar la salud de los océanos en esta denominada economía azul, se debe regenerar la vida en el mar y si bien las áreas marinas protegidas no son la panacea, sí son de las acciones más claras para esto.
Los científicos han dicho que para el 2030, al menos un 30% de los océanos debieran estar protegidos.
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