Londres, 1918. Aunque el país ha apenas va saliendo del pesar de la Primera Guerra Mundial, la capital inglesa se encuentra en medio de una grave pandemia de influenza. La población ha sido decimada y la aparición de cadáveres por toda la ciudad es algo cotidiano. Sin embargo, hay una amenaza mucho más siniestra que aterroriza a la población: cuerpos que aparecen sin vida, y drenados de sangre, todos los días en la calle, víctimas de algún monstruo. Esto es apenas el escenario de Vampyr (PlayStation 4 / Xbox One / Windows, 2018), el nuevo videojuego de rol y acción del estudio francés Dontnod Entertainment, los creadores del altamente popular drama interactivo Life Is Strange. Este nuevo título salió al mercado esta semana de la mano del publisher francés Focus Home Interactive, con la promesa de entregar una profunda experiencia de rol en la cual las decisiones del jugador impactarán a todos personajes, y ultimadamente decidirán el destino de la ciudad entera. En Vampyr tomamos el lugar del Dr. Jonathan Reid, un prestigiado cirujano que viene de regreso a casa, luego de experimentar los horrores del frente de batalla durante la Primera Guerra Mundial. Para su desfortuna, Reid es atacado por un vampiro y convertido, creando en él una insaciable sed de sangre, cuya primera víctima es su propia hermana. Con esta premisa es que salimos a explorar las oscuras calles de Londres, en busca de venganza y de detener al monstruo que aterroriza las calles de Londres. Éste es un juego de aventura que se desarrolla en un mundo semi abierto, por lo que somos libres decidir cuándo y a dónde ir, para marcar el paso de nuestro progreso. Los elementos de juego de rol nos dejan la carta abierta para desarrollar la historia y habilidades de nuestro personaje: hay un nivel que debemos ir subiendo con experiencia que ganemos a lo largo del juego, lo cual se reflejará en las habilidades de Jonathan. El elemento primordial de este sistema es la sangre. Al ser un vampiro, nuestro protagonista necesita de sangre para seguir funcionando, y aquí es donde entra su construcción moral. A lo largo de la historia nos iremos encontrando con un gran número de personajes, con los cuales podemos interactuar de forma inocua, e incluso ayudar, pero también podemos decidir si deseamos hacerlos nuestras víctimas. Es así que nuestras decisiones irán moldeando el tipo de persona que somos y las relaciones que forjemos alrededor de éstas. La tensión principal se deriva entonces de si decidimos mantener los principios de un doctor que busca ayudar al mundo, o su preferimos sobrevivir y crecer en el proceso. El sistema está diseñado para que sea posible terminar el juego sin asesinar a los personajes que encontremos, manteniendo con eso nuestra conciencia limpia; sin embargo, esto impide que el personaje suba de nivel, y por lo tanto el juego se hace cada vez más difícil. Aunque el sistema de progresión es bastante importante, el eje de Vampyr es narrativo, y lo más importante es ir deshilando su historia a través de nuestras acciones. Cuando salimos a explorar la ciudad podemos entrar en conversación con los personajes, lo cual nos permite relacionarnos con ellos y poco a poco entender qué está sucediendo y quién está detrás de las misteriosas muertes. Empezando por su premisa, Vampyr ya tiene un buen grado de originalidad que ayuda a mantener el juego interesante. Los diálogos están bien escritos y nos permiten entender a los personajes a profundidad: asesinos, doctores, ladrones, académicos, cantineros, religiosos, etc. Además de esto las actuaciones de voz tienen calidad e intensidad consistentes, lo cual hace justicia a la cantidad tan grande de detalles con la que cuenta el juego. Desgraciadamente esto se encuentra entorpecido por los más grandes defectos de este título. El primer problema es la presentación. Al ser un juego de rol, Vampyr tiene una muy larga lista de actividades y posibilidades que requieren de una interfaz de usuario sinceramente compleja. Aquí se nota que el juego fue pensado sin los jugadores de consolas dedicadas en mente, ya que la interfaz contiene demasiada información con un tamaño muy pequeño y que se navega torpemente con un control. Al estar sentado a un par de metros de la televisión se vuelve casi imposible el leer los menús y diálogos del juego entero, mostrando que está pensado para personas que juegan en PC con mouse. Mi experiencia en PlayStation 4 se volvía desesperante a ratos debido a esto. Otro de los problemas más importantes es el combate. Jonathan cuenta con un grupo de habilidades bastante interesante y típicas de un vampiro. Desgraciadamente las batallas son algo repetitivas, incluso con el uso de armas, limitándose a esquivar golpes y contra atacar. Por el otro lado, hay habilidades que se usan mejor, como la capacidad de desmaterializarse para movernos instantáneamente a unos metros de distancia, perfecto para saltos de plataformas imposibles o subir a lugares elevados; también podemos hipnotizar a los humanos para sacarles información durante los interrogatorios. Aunque los diálogos cuentan una historia interesante, con actuaciones de voz adecuadas, las animaciones no están a la altura: son torpes, rígidas, exageradas, y con un nivel de detalle bastante bajo. A momentos parece un juego para PC de hace una década. No todo es malo, sobre todo el modelado de los escenarios, y es por esto que salta fácilmente a la vista las deficientes animaciones de los personajes. El Londres de Vampyr es lo suficientemente grande para mantenernos entretenidos, y las actividades que hacemos son interesantes, pero a veces la forma de interactuar con los personajes y movernos es lenta y aburrida. Lo cual es una lástima porque el mundo está lleno de detalles interesantes: desde letreros y cartas escondidas, hasta pasadizos escondidos. El diseño de arte y su representación de la ciudad son excepcionales. El amiente lúgubre y decante en el que nos movemos, esta estética de callejones sórdidos, es definitivamente lo mejor de Vampyr, que en conjunto con su increíble soundtrack de intensas cuerdas, crean una atmósfera memorable y de urgencia. Al ser un vampiro, Jonathan sólo puede moverse en la noche. Cuando la mañana esté por llegar podemos quedarnos a dormir en uno de los múltiples escondites que iremos encontrando esparcidos en la ciudad. El momento de dormir también funciona para que expandamos nuestras habilidades usando los puntos de experiencia que obtendremos durante las misiones. En conjunto, Vampyr es un juego sumamente ambicioso, que intenta implementar varios sistemas interesantes por encima de una forma tan conocida como el juego de rol con elementos de acción. El árbol de habilidades, las relaciones con los personajes, el desarrollo de la historia y nuestra progresión moral son bastante buenos y funcionan en el contexto de Londres de 1918. De verdad sentimos que la ciudad está hundida en una pesadilla perpetua, lo cual es la mejor parte del juego. Sin embargo, estos elementos no pueden brillar tanto debido a sus deficiencias técnicas, las cuales muy probablemente pudieron ser resueltas de tener los recursos y tiempo necesario. Aun con todos estos problemas, Vampyr se mantiene como un título interesante y que merece una oportunidad por los amantes del horror y las historias de vampiros, siempre y cuando tengan la paciencia necesaria para un juego de rol de ritmo lento.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @IrvingPeres Podcast: El Beastcast Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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