En 1972, Audemars Piguet presentó una pieza diferente a todo lo que se había visto anteriormente en la alta relojería de lujo: el Royal Oak, un reloj de acero inoxidable. Una decisión arriesgada, teniendo en cuenta que, en esa época, sólo el oro se percibía como alta gama. Pero, 47 años después, la manufactura suiza, una de las pocas independientes que no pertenecen a los grandes grupos y que permanecen aún en manos de los descendientes de sus fundadores, escribe un nuevo capítulo de su historia con Code 11.59, el mayor lanzamiento de esta casa, fundada en 1875 por Jules-Louis Audemars y Edward-Auguste Piguet, con el que apuesta por conquistar a una nueva generación de clientes con un diseño contemporáneo y atemporal, que nace tras consultar los archivos de la casa. El CEO de Audemars Piguet, François-Henry Bennahmias, nos presentó en exclusiva la colección Code 11.59 en el Salón de Alta Relojería de Ginebra. Estas fueron sus impresiones. ¿Ha habido que romper muchos códigos para crear el Code 11.59? Nadie nos había pedido que hiciésemos una colección nueva. Estamos muy satisfechos con el resultado comercial del Royal Oak y del Millenary; y nadie esperaba que Audemars Piguet hiciese algo más. Por eso repasamos la historia de la marca, para ver lo que hacíamos antes del Royal Oak. El reto era comenzar una colección que funcionase para años venideros, a prueba del tiempo. Todo fue una idea nuestra, motu proprio. ¿Por qué? Porque somos independientes. Estamos aquí, en Le Brassus, y el éxito de la marca es ése: que va por la libre. He trabajado para Audemars Piguet durante 25 años y, para mí, éste es el mayor lanzamiento que la marca ha realizado jamás… o, al menos, en los últimos años, porque es muy estratégico y muestra que somos líderes y que poseemos la técnica para producir un modelo como éste. Nos hemos atrevido a llevar al límite a nuestros proveedores y hemos oído muchas, muchísimas veces, en el proceso de elaboración del Code 11:59, la palabra “imposible” y la expresión “no puedo hacerlo”. Y nosotros los retábamos a hacerlo posible.
Audemars Piguet CEO Franáois-Henry Bennahmias Code 11.59

El CEO de Audemars Piguet, Franaçois-Henry Bennahmias, en un entrevista exclusiva con Forbes Life.

“Es nuestro mayor lanzamiento en los últimos 25 años: queremos que sea el 20% de nuestra producción”, François-Henry Bennahmias, CEO de Audemars Piguet.

¿Cómo? ¿En qué sentido? En cuatro categorías específicas: la caja, el cristal, la esfera y el movimiento. La inspiración para la caja, especialmente cuando la miras de frente, vino de modelos históricos, como un modelo del año 1945 en platino, que no tenía marco. Si ves la caja de lado, verás la mayor cantidad posible de acabados: satinado, pulido… También el cristal esconde un desafío. Es doblemente curvo, en los dos lados. Cuando fuimos a nuestro proveedor y le pedimos que queríamos un cristal con estas características, nos dijo que no podía hacerlo. Pero aquí está. Con esta doble curvatura tienes la máxima legibilidad y disponibilidad de lectura. Los números e índices están aplicados en la esfera y curvados para dar la impresión de ergonomía. Hasta aquí, nada nuevo; muy difícil, pero nada nuevo. La novedad está en el logo: todos los logos están siempre impresos, pero, esta vez, quería que estuviese a presión sobre la esfera. Costó dos años encontrar la aleación correcta y el tamaño preciso para aguantar la presión humana sin rayar la esfera. Nunca se había hecho antes algo así… porque es una locura. Pero es lo que le habíamos pedido a nuestros diseñadores: Hagan un reloj que sea imposible de copiar. ¿Cuántas referencias lanza Audemars Piguet de esta nueva línea? Estamos lanzando 13 referencias, todas al mismo tiempo, en el SIHH [Salón de Alta Relojería de Ginebra] y, junto a estas nuevas 13 referencias, tres nuevos calibres en la marca: un cronógrafo de rueda de columna integrado con función de retorno, un calibre de cuerda automática con indicación de segundos y fecha, y un calibre de tourbillon volante de cuerda automática. En un reloj donde no hay nada al azar, ¿qué se esconde tras el nombre de Code 11.59? Tiene dos significados. Un minuto antes de las 12 de la noche, 11:59, antes de un nuevo día que escribe un nuevo capítulo en el libro de Audemars Piguet. Y en la vida de todos siempre existe ese minuto que cambia nuestra vida: un nacimiento, un matrimonio (o un divorcio), un nuevo trabajo… Siempre hay ese minuto decisivo que cambia tu vida. Y “Code”, porque amamos esa palabra y es el modo a través del cual se expresan las nuevas generaciones: con palabras cortas. Audemars Piguet Code 11.59
¿Desde el principio estaba pensado como un modelo para conquistar a una nueva generación de clientes más jóvenes? Cuando decidimos crear este nuevo modelo, hace tres años, pensamos en gente que no compra relojes de Audemars Piguet. Y eso es Code 11.59, un reloj pensado para nuestra clientela, que conoce y valora nuestro savoir faire, pero también para una generación que no había pensado en la marca antes. El Royal Oak es un ícono, pero es tan fuerte en términos de negocio para la marca que es casi como una segunda marca, una marca dentro de la marca. Y queríamos abrir nuevas vías de negocio. Es un lanzamiento de larga duración, no sólo una edición especial. Queremos que esta colección represente el 20% de nuestra producción en el futuro.
¿Cómo lo definirías? ¿Cómo un clásico? Es un clásico neoclásico: La primera vez que lo miras, te parece redondo, sencillo; pero después vas descubriendo todos los detalles que te acabo de revelar. Si tuviese que hacer una analogía con la música, diría que es como cuando Frank Sinatra cantaba “New York, New York” en los años 60 y se convirtió en un clásico. Hoy, cuando Jay Z y Alicia Keys cantan “Empire State of Mind”, en parte no es la misma música ni la misma letra, pero es “New York, New York”, la reinterpretación de un clásico. Eso es Code 11.59, un reloj que habla el código del siglo XXI. ¿Por qué ahora? ¿Es el momento perfecto? Hace siete años, decidimos trabajar en nuevos mecanismos dentro de la casa, no en un reloj nuevo aún. Eso se decidió hace tres años. Cuando estábamos desarrollando estos nuevos mecanismos, nos dimos cuenta de que tenemos mucho más que mostrar que el Royal Oak y desarrollamos el nuevo Code 11.59 en completo secreto.
Audemars Piguet Code 11.59

Aspecto del lanzamiento del Code 11.59, realizado en Ginebra durante el Salon International de la Haute Horlogerie.

Es, también, un reloj para un nuevo target. No queríamos crear un reloj de hombre y luego una colección de mujer: queríamos un reloj para personas que desearan un reloj perfecto, un clásico. Nuestro target de clientes abarca, desde una audiencia más ma- dura, hasta otra realmente muy joven, que se acerca a la marca en los últimos tres o cuatro años, de los 15 a los 17 años; adolescentes locos con Audemars Piguet que vienen con sus padres y los convencen para comprar relojes que ambos puedan utilizar. Es increíble. Por eso optamos por un diseño contemporáneo, acorde con los tiempos que corren: los jóvenes usan aparatos con un diseño claro, atemporal, limpio, y no queríamos acercarnos a ellos desde una línea ya icónica como la Royal Oak, sino a través del nuevo Code 11:59. Después de 25 años en la manufactura, ¿impresiona crear un nuevo ícono? Era el desafío: Code 11:59. Sabemos que tenemos el diseño correcto para este momento; ahora vamos a jugar con él. Hemos hecho muchos esfuerzos para poner al reloj en el mercado y estamos listos para lanzarlo; nunca hemos trabajado tan duro con ningún otro reloj y estoy convencido de que va a marcar el inicio de un nuevo capítulo en el libro de Audermars Piguet. Y un broche de oro para el SIHH, ya que este es el último año de la marca en el Salón de Alta Relojería de Ginebra. No era nuestra decisión irnos con este lanzamiento, pero, al mismo tiempo, supone también un excelente epílogo. Creo que sí, que lo dejamos con este golpe de efecto. Pero no ha sido algo premeditado. En nuestra mente, en los últimos dos o tres años, sabíamos que este momento, el de la despedida del SIHH, tenía que llegar.
Audemars Piguet Code 11.59

Así luce la sede de la manufactura suiza.

¿Y por qué ahora? Es una mezcla de todo. El SIHH es como los fuegos artificiales de las novedades para el resto del año y, a veces, es muy difícil para las marcas comunicar sus nuevos lanzamientos, porque quedan sepultados bajo cientos de novedades de las otras marcas (del grupo Richemont, pero también invitadas, como es el caso de Audemars Piguet). Y luego, en marzo, la prensa tiene que ir a Basilea, con el resto de las marcas, que también presentan sus novedades. Y, cuando acaba marzo, tenemos que relanzar nuestras novedades para la temporada de primavera-verano. Lo que queremos es lanzar nuestros nuevos modelos, presentarlos y ponerlos en punto de venta, como en el caso de Code 11.59, que presentamos a mediados de enero en el SIHH, y en febrero estará ya en punto de venta. Queremos, conectar con esa filosofía de consumo de see now, buy now.
Este cambio de filosofía lo aplican también al retail , con la apertura de un nuevo concepto: Las Casas Audemars Piguet… En los últimos años, nos dimos cuenta de que no tenemos necesidad de abrir más tiendas. Es mejor tener espacios concretos donde exista la posibilidad de vivir experiencias y donde no sólo vayas a comprar un reloj, sino que acudas porque te sientes bien, puedes ver a tus amigos y recibir, incluso, a clientes… Estamos cambiando las mentes y también los modelos de negocio, de manera que hay que renovar también las tiendas. La gente con poder adquisitivo ya no va a las tiendas, quiere otra cosa: que las tiendas vayan a ellos. Pero tampoco estamos inventando nada. En los siglos XVI, XVII Y XVIII, los artesanos iban a la corte a enseñarle al rey sus novedades. Eso es lo que ha vuelto a ocurrir hoy. Cuando tienes dinero, la gente acude a ti, no vas tú a la tienda. ¿Cómo encuentras la alta relojería hoy? No creo que la industria de la relojería hoy sea un ejemplo de innovación frente a otras industrias que sí lo son, como la moda o la belleza. La inspiración para innovar no viene de la industria de la relojería, porque está llena de egos, y fuera de eso no hay nada o casi nada: “Mira: he puesto una esfera blanca”; “mira: ahora es negra…” Para mí, las únicas marcas que dan la pauta son las que resultan relevantes en su momento y saben trasladarlo a sus productos. Ésas son las que importan. Puedes tener un pasado glorioso, pero, si no conectas con tu tiempo, estás muerto, eres pasado. Si hemos conectado con esta nueva generación de jóvenes que viene a la marca, es porque miramos más allá. Ésa es mi impresión. Te puede interesar: En alta relojería México es líder en Latinoamérica: Audemars Piguet Síguenos en: Twitter Facebook Instagram Suscríbete a nuestro newsletter semanal aquí

 

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