El objetivo es el 30%, pero la verdadera intención es un cambio radical en la cultura organizacional de las empresas. Así es como se interpreta la poderosa compañía de el Club del 30%, fundado en 2010 por la baronesa Helena Morrisey y dirigido por la vicepresidente ejecutiva de Mastercard, Ann Cairns.
El proyecto, donde se han involucrado presidentes y directores de empresas provenientes de las más diversas industrias, es uno de los llamados con mayor impacto por abrir la puerta a la diversidad de género en las organizaciones.
México se ha unido recientemente a esta cruzada, un país en el que ya se ha advertido con anterioridad la falta de equidad de género, así como de inclusión de minorías e igualdad de oportunidades en las empresas.
El estudio “Women in the Boardroom. A Global Perspective”, realizado por Deloitte, destaca que, en el país, solo 6% de los Consejos Directivos de las empresas cuenta con mujeres.
Así, el Club del 30% busca que sea justo ese porcentaje el estándar mínimo con el que sea medido la participación de mujeres en posiciones de alto mando al interior de las compañías.
“Creemos que solo aquellas organizaciones que fomentan culturas verdaderamente inclusivas, culturas que acogen mujeres que se ven, actúan y, lo que es más importante, piensan de manera diferente, pueden alcanzar su máximo potencial para impactar positivamente en la gente, sus mercados y sus comunidades”, precisa la campaña a través de su página web.
LAS MINORÍAS MARCAN DIFERENCIAS
El Club del 30% no ha tomado esta cifra por azar. Para el proyecto, el 30% se trata de un punto relevante en el que “una minoría puede marcar la diferencia, aunque siga siendo minoría”.
Para el Capítulo México de el Club del 30%, las iniciativas incluyen desde capacitación hasta programas de inversión para fortalecer la inclusión de minorías en las posiciones directivas de las organizaciones.
Un ejemplo es el esquema de capacitación de nueve meses impartido por Moving Ahead y patrocinado por Mastercard. Las y los mentores serán miembros experimentados de Juntas Directivas de diversas organizaciones, quienes desarrollan un programa de talento para aprendices femeninas con alto potencial en diversas posiciones.
Otro eje se enfoca en direccionar los esfuerzos y cultura laboral que parte de los principales tomadores de decisiones (Grupo de Inversionistas) hacia la diversidad de género.
En este sentido, se busca que este grupo participe en los temas de equidad junto con los equipos de líderes en sus organizaciones, así como a impulsar a más mujeres al nombrar miembros independientes en los Consejos de Supervisión y hacer valer el voto y participación de las mujeres al momento de hacer cambios en los directorios de las empresas.
Al interior de los departamentos de Recursos Humanos, el Club del 30% impulsa iniciativas “para compartir y desarrollar las mejores prácticas que se pueden implementar en una variedad de empresas e industrias para desarrollar el equilibrio de género en el liderazgo”, asegura el proyecto en su presentación.
Laura Cruz, directora general para Mastercard México.
De acuerdo con lo que ha explicado la organización en su Capítulo México, se espera que, para 2025, se logre alcanzar esta participación en los Consejos Directivos de, por lo menos, las empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores y la Bolsa Institucional de Valores (BIVA).
La división local del Club del 30% está liderada por María Ariza (CEO de BIVA) y Gina Diez Barroso (CEO de Dalia y Diarq).
En tanto, el Comité Directivo está encabezado por altos mandos de empresas como Citibanamex, Nexxus Capital, Consejo Coordinador Empresarial, KPMG, Danone, Santander y, por supuesto, Mastercard, entre otros.
Organizaciones que han tomado no como un reto, sino como una necesidad la inclusión de minorías ante un mundo que cada vez más expresa las fortalezas que existen en su diversidad.
