En nuestra época, cualquier empresa sabe que, para conseguir el éxito, se necesita una estrategia; sin embargo, no siempre se tiene claro todo lo que implica ese esfuerzo de gestión en una compañía. En mi experiencia profesional, cuando una organización se encuentra eligiendo su camino para alcanzar el éxito, me gusta compartir la siguiente fábula:
En una ocasión, se encontraron en el bosque el zorro y el gato. El primero comenzó a presumir sobre su astucia, pues aseguraba tener cien formas distintas de escapar de sus enemigos. El felino le dijo entonces: “Yo tengo solo una forma de hacerlo, pero siempre me ha funcionado”. En ese momento se escucharon los ladridos de cuatro sabuesos que se acercaban. El gato subió presurosamente al primer árbol que encontró; mientras, el zorro pensó en uno de sus trucos para salvarse, pero a la mitad del plan se le ocurrió uno mejor y se detuvo para ir en otra dirección. Luego se dio cuenta de que sus perseguidores estaban muy cerca, quiso pensar en otro truco, pero ya era demasiado tarde, había sido atrapado por los canes.
Como en la fábula, la mejor estrategia en el mundo de los negocios es la acción: de nada sirve tener grandes ideas si no se implementan para hacer funcionar una organización. Cuando una empresa familiar logra posicionarse en su mercado, es necesario que se asuma un liderazgo responsable e inteligente para lograr la continuidad del éxito, diseñando una planeación estratégica que le permita tomar decisiones de manera adecuada. “En estrategia es importante ver las cosas lejanas como si estuviesen cerca y tomarse una distancia para mirar las cosas que están cerca.” Miyamoto Musashi
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Una organización puede estar a merced del riesgo de la gestión empresarial si no da la importancia adecuada a su estrategia de negocios, a través del análisis a fondo de la empresa interno y externo. Por ello, quiero reflexionar sobre algunos aspectos que ayudarán a hacer de este rubro un área de oportunidad más que un peligro:
La gestión empresarial nos hace únicos. Para Michael Porter, “Una estrategia delinea un territorio en el que una compañía busca ser única”. Sin la gestión adecuada, la empresa puede ir sin rumbo y convertirse en una más que ofrece “el mismo” servicio o producto. Una empresa puede definir una identidad estableciendo su misión (lo que busca lograr en su mercado), su visión (qué se espera a futuro y la dirección que se tomará para ello) y los valores que la identifican (pautas que hacen única a su organización). Las empresas que portan con orgullo su identidad logran el reconocimiento de sus clientes, el compromiso de sus colaboradores y la conservación de su legado.
Unir familia y empresa. Un riesgo latente en la gestión es la pérdida de coordinación del trabajo colaborativo en el seno familiar. Cuando la empresa familiar crece, es también momento de definir las reglas en temas como la colaboración de familiares en la organización, la repartición de la propiedad o la sucesión del liderazgo. Establecer un gobierno corporativo que estructure dichos procedimientos evitará problemáticas al interior de la familia que desencadenen una crisis en la compañía. “La esencia de la estrategia es elegir qué NO hay que hacer.” Michael Porter
Profesionalizar lo familiar. Debe tenerse claro que el éxito de una organización trae consigo nuevos retos. Evitar riesgos significa encaminar a la empresa para ser más eficiente en el trabajo y prever cualquier problemática. La gestión debe ocuparse de analizar con detalle la compañía y determinar el mejor camino para dar continuidad a los buenos resultados. Los líderes familiares deben reconocer aquellas áreas en las que necesitan fortalecerse e incluso podrían requerir asesoría, como la contabilidad, las finanzas, la mercadotecnia, comercialización, tecnología de información, riesgos, operaciones, la administración patrimonial, etc.
La gestión empresarial es una herramienta que debe desarrollarse a través de la formación y del asesoramiento profesional. Tomando en cuenta el riesgo de no implementar una estrategia de negocios, los emprendedores familiares pueden hacer de esta tarea una fortaleza en su organización. “No basta con estar ocupado. Las hormigas están ocupadas. La cuestión es: ¿En qué estamos ocupados?” Henry David Thoreau
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