Las fuertes presiones inflacionarias del 2021 y 2022 obligaron a los bancos centrales a corregir su postura monetaria de una manera abrupta (ver artículo Las tasas de interés podrían mantenerse elevadas por más tiempopublicado el 9 de marzo de 2023). Sin embargo, la reacción fue muy distinta a lo largo del mundo. Las economías emergentes actuaron de manera oportuna a través de incrementos de tasas de interés desde el 2021, mientras que aquellos organismos monetarios de economías avanzadas fueron más permisivos y comenzaron a restringir las condiciones más tarde, a partir de 2022. Esta diferencia está resultando ahora en una posible divergencia entre lo que hagan los distintos países. Este artículo tiene como fin abordar este debate tan importante entre inversionistas.

Poco margen de error para el Fed y otros bancos centrales en desarrollados

Jerome Powell ha realizado un muy buen trabajo al frente del Banco de la Reserva Federal en EE.UU., Sin embargo, uno de sus pocos errores fue haber considerado el fuerte incremento de la inflación del 2021 como un fenómeno ‘transitorio’, explicado principalmente por factores de oferta que debían corregirse por sí solos conforme dejáramos la pandemia atrás. 

En específico, las presiones en precios resultaron más persistentes de lo previsto. La inflación en Estados Unidos alcanzó niveles no observados en 40 años a un nivel casi 3 veces por arriba de su objetivo (9.1% anual en junio del 2022) ante múltiples factores de oferta y demanda. Cuando el Fed reconoció una coyuntura inflacionaria más compleja fue demasiado tarde y tuvo que iniciar el ciclo de restricción monetaria en marzo del 2022. A partir de ahí ha sido bastante contundente, subiendo 500 puntos base (pb) la tasa de los Fed funds hasta el momento de la publicación de este artículo. Ahora, existe una muy elevada probabilidad de que lleve la tasa 50pb más alta respecto a los niveles actuales, con un par de incrementos adicionales de 25pb previstos a partir de la próxima decisión el 26 de julio. 

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A pesar de que la inflación ha bajado a 4% del pico previamente comentado, todavía se encuentra alejado del objetivo del 2%. Más importante, todavía está muy lejana de cumplir el cambio de estrategia que sugiere que la inflación debe oscilar alrededor de ese 2% “en promedio”. Otro factor es que la economía se mantiene resiliente (ver EE.UU.: economía resiliente, pero con nubarrones en el horizonte del 18 de mayo de 2023), con un mercado laboral aún fuerte y consumo privado sólido que sugiere que las presiones de demanda tardarán en ceder del todo. Por ello se espera que, una vez alcanzado el nivel máximo de este ciclo restrictivo, pueda mantenerlo ahí por varios meses más hasta mediados del próximo año.

La situación es igual de apremiante, o inclusive más complicada, para otros bancos centrales en el mundo desarrollado, especialmente para el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra. Estas regiones tendrán que acostumbrarse a varios meses más de tasas de interés altas, a pesar del efecto negativo que podría tener sobre el crecimiento económico e inclusive, la estabilidad financiera.

Países latinoamericanos hicieron bien la tarea

Los bancos centrales de América Latina fueron mucho más ortodoxos e iniciaron el ciclo de política monetaria restrictiva mucho antes. Por ejemplo, Brasil comenzó a subir tasas de interés en marzo de 2021 y alcanzó su máximo de 13.75% en agosto de 2022 (+1,175pb). Como consecuencia, la inflación anual bajó del pico de 12.1% en abril de 2022 a 3.9% actualmente. Otro caso fue Chile, quien subió su tasa de 0.50% en julio de 2021 a 11.25% en octubre de 2022, fecha desde la cual el banco central ha mantenido su postura sin cambios. La inflación alcanzó su nivel más alto de 14.1% en agosto de 2022 y se encuentra en 8.7% actualmente. 

El caso mexicano es muy similar, con Banxico comenzando a subir tasas de interés en junio de 2021 después del mínimo de 4% alcanzado durante la fase inicial de la pandemia. Actualmente, se ubica en 11.25% desde marzo de 2023. México también ha comenzado a ver una mejoría importante en el comportamiento de la inflación general anual. Después del máximo de 8.7% en septiembre del año pasado, la métrica se encuentra en 5.8%. Inclusive con esta importante reducción, todavía muy por arriba del objetivo puntual del banco central del 3%.

A pesar de esto, el reto es mayúsculo para los bancos centrales, resaltando la importancia de entender mejor los canales de transmisión de la política monetaria, así como su efecto rezagado y variable. Además, será cada vez de mayor relevancia la estrategia de comunicación, con mensajes claros y puntuales que abonen a su consistencia, credibilidad, eficacia y eficiencia. En este contexto, Banxico y el resto de los bancos centrales deberán sopesar los retos para la inflación subyacente, la postura monetaria relativa, el comportamiento de la actividad económica y el impacto que podrían tener sobre la estabilidad financiera. Por lo pronto, se esperan meses interesantes en donde probablemente experimentaremos una importante divergencia entre la política monetaria de economías avanzadas y aquellas de economías emergentes.

Contacto:

*Alejandro Padilla es Director General Adjunto de Análisis Económico y Financiero de Grupo Financiero Banorte. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión de Grupo Financiero Banorte ni sus subsidiarias o filiales.

Cuenta de Twitter: @alexpadillasan

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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