El compromiso y gusto de la chef Lula Martín del Campo por promover la Herencia Culinaria de México, se conjugó con la agudeza de la sommelier Gina Estrada y el lenguaje artístico de Betsabeé Romero en una experiencia que puso en relieve la sororidad entre las mujeres mexicanas a través de la gastronomía.

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Esto, en el entendido de que la sororidad tiene como objetivo primordial reconocer el valor y la aportación de cada mujer desde el rol que ejerce en lo profesional, lo personal y en todos los planos de la sociedad, al mismo tiempo de potenciar sus coincidencias.

Fue en Marea Restaurante de Mar donde las coincidencias entre tres mujeres mexicanas que se distinguen por su liderazgo deleitaron nuestros cinco sentidos con gastronomía y otras expresiones artísticas y culturales. Betsabeé Romero nos enseñó el arte del grabado de las tortillas ceremoniales otomíes, una tradición ancestral que ha inspirado parte de su obra.

“Estas tortillas celebran al maíz como sostén de la vida. Es, para mí, una forma simbólica de nutrirse con arte y tradición que es heredada de madres a hijas, quienes son portadoras de fuerza y de vida”, nos dijo la artista plástica tras mostrar las figuras plasmadas con sellos de madera tallada y pigmentos vegetales.

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Las tortillas hechas a mano con maíz endémico nixtamalizado acompañadas con guacamole fueron la obertura del menú de cinco tiempos diseñado por la chef Lula, maridado con Piper-Heidsieck y vinos mexicanos presentados por Gina Estrada, embajadora de la firma de champagne y sommelier de Vinícola El Cielo Valle de Guadalupe.

La gastronomía de Marea centrada en la pesca sostenible se afirmó con los Ostiones en su concha de cultivo de la Península de Baja California, en matrimonio con G&G By Ginasommelier Sauvignon Blanc 2020. Y, por supuesto, el plato fuerte protagonizado por el célebre Pescado zarandeado kampachi servido con frijoles fiesta y Xnipec, que armonizó con Galileo 2019, elaborado con uva Tempranillo.

Los esquites ancestrales con ayocotes, en compañía del vino rosado de la etiqueta G&G, así como el postre de cacao nombrado por la chef Lula como Chocolatísimo, a tono con un Reserva Especial de la misma etiqueta eleborado con Tempranillo, Grenache y Malbec, completaron la experiencia donde la gastronomía, a la enología y el arte de unieron como testimonio de lo poderosa que puede llegar a ser la convergencia entre mujeres que perseveran y alcanzan lo que se proponen.

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