“El segmento (de consumidores) con baja autoestima es un mercado potencial aún por explorar. Los consumidores con baja autoestima deberían tenerse en consideración en el marketing en redes sociales, dado que éstos son más influenciables”. A esta conclusión llega un estudio de 2018 que analiza cómo las redes sociales condicionan el consumo de turismo y viajes de los millennials, firmado por tres académicos de la Universidad de Temple, Filadelfia. Es un ejemplo de cómo se pueden utilizar el big data y nuestra información personal disponible en redes sociales para incidir en nuestra toma de decisiones sin ser nosotros conscientes de ello. Y, en este caso, aprovechando una debilidad emocional: la autoestima. “La mejor forma de protegerte es conociéndote a ti mismo antes de que lo hagan los algoritmos que no están de tu lado”, afirma Nichol Bradford, CEO y fundadora de Willow Group a  Forbes México, parafraseando al historiador y autor del éxito de ventas “Sapiens: Una breve historia de la humanidad”, Yuval Noah Harari. Esta pionera de la tecnología transformadora estadounidense es una de las caras visibles que lideran el movimiento emprendedor que investiga la aplicación de la tecnología en psicología, la llamada TransTech. Bradford la impulsa a través del laboratorio y la academia en línea que cofundó, el Transformative Technology Lab y la Transformative Techology Academy, y que se han convertido en un punto de conexión y formación de aquellos que utilizan la inteligencia artificial, dispositivos usables, herramientas de analítica en tiempo real, biotecnología y otras modalidades de tecnología exponencial para medir, influenciar y manipular la depresión, la ansiedad, el miedo y el bienestar humano. Se trata de un mercado emergente que valoran en 3 mil millones de de dólares, con base en lo que los individuos están dispuestos a gastar su salud mental y estado emocional. “Mientras sus padres buscaban seguridad, los millennials quieren ser felices. Cuatro de cada diez de ellos gastan un 25% de sus ingresos disponibles en bienestar”, afirma Bradford. La graduada de Singularity University y con un MBA de Wharton, será una de las conferencistas magistrales en el foro Forbes Game Changers 2018, a realizarse el 16 de octubre en CDMX.
Game Changers 2018: una cita con el futuro
Esta tendencia esboza una paradoja: cuanto más mecánico, automatizado y digital nos aparece el futuro de la Revolución 4.0, más relevancia cobra el aspecto humano. Más máquinas para ser más humanos La que también fue responsable de marketing en grandes nombres de la industria de los videojuegos habla de autoconsciencia, manejo de emociones, empatía y eficiencia comunicativa como habilidades necesarias para protegernos de los malos usos de la tecnología, pero también para prepararnos para los trabajos del futuro. Y esto incluye todas las categorías profesionales de la empresa: “Un emprendedor tiene que ser resiliente porque crear una empresa implica tiempo y mucho estrés”, explica Bradford, en relación con una comunidad cuyos miembros se ven directamente afectados por la presión de llegar a ser el nuevo Marck Zukerberg o Jeff Bezos. “La asociación felicidad-dinero es un gran tema aquí en Silicon Valley. Pero olvidan que el éxito está en construir un equipo con alto desempeño. Para ello tienes que transmitir valores, confianza, habilidades de comunicación, autoconsciencia y, por tanto, salud mental y emocional”, explica Bradford. Para conseguirlo, ya existen aplicaciones TransTech. Por ejemplo, On Purpose App, del experto en salud pública de la Universidad de Michigan, Victor Stretcher. Se trata de una aplicación que ya usan grandes compañías para que sus empleados conozcan cuál es su pasión y misión personal. “Se ha visto que aquellos que descubren su objetivo, se desempeñan mejor en la compañía”, afirma Bradford, usando este ejemplo para ilustrar cómo la tecnología para hacer el bien ayuda al desarrollo personal y salud emocional. “Un equipo de gente brillante puede conseguirlo todo. Esto es lo que la gente olvida”, añade.

Foto: Cortesía Nichol Bradford.

Celular y algoritmos: alter ego Las aplicaciones de tecnología transformativa funcionan igual que un Apple Watch. La diferencia es que, en vez de medir horas de sueño y quilómetros recorridos, miden tu estado emocional. “Tu celular te conoce más que tu madre: sabe a qué hora te despiertas o con quién hablas”, afirma la experta. “En 100 años, la tecnología será indistinguible de la naturaleza”, añade. Para ella, el futuro de la salud mental no está ni en manos de los psiquiatras ni en los algoritmos, sino en ambos, y sus servicios se aplicarán a tres grandes ámbitos. Primero, a aquellos que necesitarán apoyo psicológico para superar trastornos o traumas. Segundo, para los que buscarán bienestar emocional y desarrollar habilidades que hasta ahora se creían enraizadas en la biología de una persona, como el optimismo, empatía o la creatividad. Y finalmente, los que acudirán al a tecnología para expandir sus capacidades mentales y emocionales. El estudio sobre marketing en el sector turismo de la Universidad de Temple citado en el inicio busca vías de acceso a tu toma de decisiones subconsciente a través de un medio de distracción: las publicaciones de tus amigos en redes sociales. Pero estas estrategias de mercadotecnia podrían verse en la sombra si triunfa el movimiento TransTech, porque este aspira no sólo a hacer realidad la felicidad humana, sino cambiar cómo hacemos negocios. “Las empresas sólo buscan tu atención porque quieren venderte cosas. Pero ahora cada vez hay más modelos de negocios que no buscan hacer algo para ti, sino ayudarte a ser quien eres y conseguir tus ambiciones”, explica Bradford. “En vez de competir, les explicamos a la comunidad que tienen que colaborar. Hay mucha miseria ahí fuera, así que hay muchas oportunidades para desarrollar soluciones”, añade.

 

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