Si como dice el refrán “el diablo está en los detalles”, las palabras que constantemente usan en sus discursos los candidatos presidenciales revelan, no sólo el mensaje central de su campaña, sino su estrategia y hasta la forma en que visualizan su administración. Alfredo Paredes, experto en comunicación estratégica, apunta que en las oraciones de los candidatos punteros en la carrera presidencial se manifiestan desde peticiones para excusar a los partidos que lo respaldan, actitudes provocativas, hasta una estrategia para cambiar la imagen de “radical” con la que se relacionó a uno de ellos. “Un factor importante en el discurso de López Obrador es el “somos”, porque él siempre dice que es una campaña desde abajo; a diferencia de Ricardo Anaya que dice ‘yo soy el héroe, yo me voy a sacrificar por ustedes’ y Meade dice ‘apóyenme y yo los voy a encabezar’; esas diferencias son muy importantes”, detalló el especialista en entrevista con Forbes. Lee también: De esto depende la efectiva comunicación de un político José Antonio Meade, el candidato por la alianza entre el PRI, PVEM y Nueva Alianza; se enfoca en una estrategia de comunicación política conocida como “ventajas comparativas”, en el que resalta su experiencia y capacidad en puestos públicos y la compara con sus adversarios. Sin embargo, el método ha resultado poco funcional debido a que la percepción de su trabajo no es tan positiva y en gran medida se debe a que la administración de Enrique Peña Nieto en la que se integró a varias secretarías no ha logrado dar la impresión de ser eficiente, señaló el especialista. Otra estrategia implementada por la campaña de Meade es la de recordar constantemente las fallas de sus adversarios. “Esta estrategia de ataque y confrontación cuando estás abajo en las encuestas es conveniente, sin embargo, los mismos argumentos que usan con sus contrarios son los mismos que se le pueden decir a él o se le pueden reclamar a él. En el caso de Ricardo Anaya, candidato por la coalición del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano; su discurso pretende ser muy provocativo, pero también ha enfocado parte de su tiempo en campaña a defenderse de los ataques y las acusaciones de presuntos actos de corrupción. “Tiene que abrirse paso en las encuestas y tiene que mostrar ese talente, la madurez, para decir soy un buen contrincante, aquí estoy, soy joven, pero tengo mucha capacidad, soy una propuesta fresca, diferente, no soy el político tradicional. La conexión que quiere hacer es sobre los jóvenes”. Andrés Manuel López Obrador, el contendiente de Morena, PT y Partido Encuentro Social, busca suavizar su discurso con el objetivo de evitar la imagen “radical” con la que fue relacionado, tiende a ser emocional y a través de palabras frecuentes como el “somos” incluye a los votantes. Se trata de un discurso ya muy apropiado por López Obrador, en gran medida por el tiempo en el que ha estado en ‘campaña’: “El discurso ya lo tiene, es propio, mientras Anaya se tiene que defender y ver de dónde se agarra para ver como sube. El de Obrador es de hace 15 años, es el mismo, es de él, se lo apropió, lo interiorizó, lo tiene muy madurado. Las propuestas que él maneja son las mismas que él manejo hace 15 años y es el que menos lee discursos”, señaló Paredes. Te puede interesar: El cambio en el discurso de López Obrador no es casualidad
 

 

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