Pasarán algunos años antes de que los estudios en política comparada en materia de salud y de afectaciones financieras establezcan claramente cuánta capacidad de gestión perdieron gobiernos y sociedades ante la pandemia y cuánto de ello afectó los proyectos nacionales en cada caso.

Las Naciones Unidas estiman que el número de pobres podría incrementar en 500 millones, a lo que se suman 700 millones que ya viven en pobreza extrema. 

Ante este escenario, donde incluso el Banco Mundial señala que los efectos impactarán en la mayoría de los países hasta 2030, será inalcanzable el objetivo de reducir la tasa absoluta mundial de pobreza a menos del 3% para ese año, si no se toman medidas.

Este 20 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Solidaridad Humana, que busca reafirmar el compromiso de las naciones por la aplicación de iniciativas para erradicar la pobreza y sensibilizar sobre la importancia de la solidaridad.

Un valor fundamental para que las personas con menos oportunidades se beneficien de la ayuda de quienes más poseen; un cambio cultural que se requiere para lograr la igualdad.

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El cumplimiento de esta virtud depende de la integración armónica de persona y sociedad, y la participación de todas y todos para la consecución del bien común; combina intereses y aspiraciones personales con el servicio a las y los demás.

Introducir niveles crecientes de solidaridad a nivel de empresas, mercados y en políticas públicas, incrementa la eficiencia micro y macroeconómica, y puede ser la respuesta a problemas sociales. Se puede manifestar en acciones en apariencia tan simples como otorgar facilidades de pago para apoyar a las empresas en problemas financieros, la venta con precios más bajos de productos a punto de caducar o la donación de alimentos que no fueron consumidos.

Un ejemplo de estas acciones es la iniciativa “Feos pero Saludables” que impulsa la Central de Abasto de la Ciudad de México, coordinada por Marcela Villegas Silva, mediante la cual los locatarios y consumidores pueden donar al centro de acopio y recuperación de alimentos ITACATE las frutas y verduras con algún defecto, pero perfectamente comestibles, que a su vez son enviadas a comedores comunitarios y a quienes más las necesitan. 

El 2022 ha sido el primer año de la pospandemia y del proceso de recuperación económica y social. Nos dejó lecciones clave, como un sentido de pertenencia y una voluntad de colaboración que pueden cambiar positivamente el perfil de las empresas y apoyar en la erradicación de la pobreza.

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Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

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