El Trolebús, ese viejo conocido de la Ciudad de México (circuló por primera vez en 1951), vive un revival. Tras el intento de la administración de Miguel Ángel Mancera (2012-2018) de desaparecerlo, y después de décadas de abandono presupuestal y pulverización de su infraestructura, el único transporte eléctrico en superficie que tiene la capital resurge con fuerza a sus 70 años: se compraron 193 unidades nuevas a la marca china Yutong, se amplió una línea (gracias a la autonomía de los nuevos vehículos) y se recuperó otra que ya no operaba, se construye la línea elevada en Eje 8 Sur y próximamente las primeras rutas metropolitanas de su historia.

De acuerdo con los proyectos de inversión en cartera registrados ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), este año el gobierno federal, el de la Ciudad y el del Estado de México desarrollarán los proyectos ejecutivos para la construcción de dos nuevas líneas metropolitanas de Trolebús: Chalco-Santa Marta y Chalco-Tláhuac, información que fue confirmada a Forbes México por el director del Servicio de Transportes Eléctricos (STE), Guillermo Calderón, el ingeniero que puso en marcha la red de Metrobús en la capital.

Lee más: Después de 22 años, la CDMX estrenará trolebuses

Estas nuevas líneas, cuya construcción se realizará el próximo año, conectarán con la Línea 12 del Metro en la parte de Tláhuac, y con la Línea A del Metro, la Línea 2 del Cablebús y la línea elevada del Trolebús en la parte de Santa Marta. De acuerdo con Calderón Aguilera, la ruta a Tláhuac abarcaría 12 kilómetros y operaría con 30 trolebuses convencionales, mientras que la de Santa Marta sería de 15 kilómetros y operaría con 100 trolebuses articulados, similares a los que darán servicio en la línea elevada de Eje 8 Sur, cuya obra estiman terminar en septiembre próximo.

De hecho, en el mediano plazo se prevé extender la línea elevada desde Constitución de 1917 a Mixcoac para conformar un eje oriente-poniente de 30 kilómetros de servicio.  “Era un derrotero que ya tenía Transportes Eléctricos, no tiene catenaria, hay que ponerla y rehabilitar las subestaciones eléctricas”, cuenta el ingeniero Guillermo Calderón en entrevista con Forbes México. Con estos proyectos, agrega, se estaría haciendo justicia social en una “zona con deficiente transporte, muy abandonada”.

Desde sus oficinas de San Andrés Tetepilco el funcionario que se encargó de implementar y aumentar la red del Metrobús detalla que de 2019 a la fecha se han invertido mil 500 millones de pesos en la compra de 143 trolebuses convencionales y 50 articulados; 750 millones de pesos en la rehabilitación de las vías y estaciones del Tren Ligero y dos mil 900 millones de pesos en la construcción de la línea elevada. “Es una inversión sin precedente, antes no se invertía nada, solamente en pago de nómina y mantenimiento menor”, apunta.

Lee también: Tras licitación desierta, INDISA construirá trolebús elevado en Iztapalapa

Abandono intencionado

Para el profesor e investigador en Ingeniería en Sistemas de Transporte Urbano de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Francisco Alvarado Arias, es evidente que desde 1997 hasta 2018 los distintos gobiernos dieron la espalda al Trolebús, al grado de que en 2016 se intentó desaparecer el servicio para introducir autobuses eléctricos de baterías. El experto asegura a Forbes México que no había razón técnica para suprimir el Trolebús, ya que, por ejemplo, es más barato que un autobús eléctrico de baterías y tiene mayor capacidad de usuarios.

Alvarado Arias asegura que en 2018 el estado del Trolebús era agonizante, y describe el camino de cómo se pasó de tener una red de 557 kilómetros, 30 líneas y mil 115 trolebuses en 1987 a 203 kilómetros, ocho líneas y solamente 125 trolebuses en 2018. La última compra de unidades que se hizo antes de las de 2019 y 2020 fue en 1997, y fue gestionada por el entonces regente del Distrito Federal, Oscar Espinosa Villarreal, aunque le tocó al primer jefe de gobierno electo en la capital, Cuauhtémoc Cárdenas, recibirlos y ponerlos en operación.

Posterior a esa adquisición el Trolebús vino a pique. “En el periodo 2000-2006 del actual presidente (Andrés Manuel López Obrador) no hubo adquisiciones, no hubo ampliaciones, el presupuesto que pudo haberse destinado para reforzar el Metro o el STE, se fue a los segundos pisos”, explica el ingeniero Francisco Alvarado. En la administración 2006-2012, del hoy canciller Marcelo Ebrard se privilegió el proyecto de la Línea 12 del Metro y hubo una grave compresión para el Trolebús, pues quedó con 8 líneas y 200 kilómetros de red.

Te recomendamos: Transporte público ineficiente en CDMX, el reto de Sheinbaum: funcionario

Para la gestión del hoy senador Miguel Ángel Mancera, continúa Alvarado Arias, ya había “un sistema de trolebuses agonizante, donde no hubo inversión en infraestructura, en vehículos, en nada, fue deliberado el desinterés del gobierno de Mancera en este servicio. Incluso fue en ese sexenio, concretamente en 2016, tras las contingencias ambientales, cuando el entonces secretario de Movilidad, Héctor Serrano Cortés habló de la posibilidad de desaparecer el Trolebús para sustituirlo con autobuses eléctricos”.

Alvarado recuerda que, de la mano del C40, el gobierno de Mancera Espinosa proyectó fraccionar el depósito del STE de San Andrés Tetepilco, ubicado en la avenida Municipio Libre 402, alcaldía Iztapalapa, para construir diversos proyectos inmobiliarios en sus 16.6 hectáreas de superficie, pero no se concretó. La intención era “liberar espacio y permitir la integración de nuevos usos”, tales como comercio, servicios, cultura, deporte, capacitación y educación, así como generación de energía.

Rescate desde las ruinas

Fue en estas condiciones de desmantelamiento que la actual administración tomó el STE y decidió revivirlo. Primero con la compra de nuevas unidades, después con la recuperación de la Línea 8, que va de Iztacalco a Villa de Cortés; luego con la ampliación de la Línea 2, que anteriormente llegaba a de Chapultepec a Velódromo y ahora, gracias a la autonomía de los nuevos trolebuses, se puede llegara hasta Pantitlán sin que los vehículos estén conectados a la catenaria; y finalmente con la construcción de la línea elevada y el próximo año con la construcción de las primeras dos rutas metropolitanas.

Te puede interesar: CDMX necesita 30,000 mdp y 6 años para modernizar el transporte público

“¿Qué es lo que toma el gobierno? Un servicio en ruinas, el robo de cable estaba por las nubes, fue un desmantelamiento voraz. No sé qué tan cerca estábamos, como lo había anunciado (el ex secretario de Movilidad Héctor) Serrano (en 2016), de que teníamos que desaparecer el Trolebús. Pongo cinco estrellas en una escala de cinco, creo que (en la actual administración) han hecho un gran trabajo porque no era fácil lidiar con una empresa con tantas carencias”, dice el ingeniero Francisco Alvarado.

Por su parte el ingeniero Guillermo Calderón afirma que la tecnología en el transporte público va hacia la electromovilidad, y por ello el actual gobierno seguirá apostando por Trolebús, “porque son eléctricos, son cero emisiones y la ciudad cuenta con infraestructura desde hace muchos años para este tipo de vehículos, que son más baratos que un autobús eléctrico convencional, y los que estamos comprando son duales, tienen autonomía de 75 kilómetros”.

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

 

Siguientes artículos

Los seguros en México despues de la pandemia (P-W pag.-72-76)
Los seguros en México después de la pandemia
Por

Las tendencias globales del sector asegurador se mueven e impactan al mercado local; desde nuevas coberturas, hasta los...