“Últimamente me he inclinado por reseñar la música que más placer me genera, porque siento la compulsión por compartirla”.

Enrique Blanc.

  En la época de los setenta, el ahora director cinematográfico Cameron Crowe (Singles, 1992, Almoust Famous, 2000) conoció a uno de sus héroes musicales, nada más ni nada menos que a Led Zeppelin, la leyenda del rock comandada por Robert Plant y Jimmy Page. En esa ocasión, Cameron Crowe tenía que entrevistar al grupo y además dominar sus nervios para no parecer lo que era: un completo fan adolescente. Quien ejerce el periodismo musical sabe que no hay mayor placer que escribir de aquello que nos roba el sueño y nos apasiona, la música. Hay toda una mística detrás de las diferentes aristas que implican el trabajo periodístico especializado, desde prepararse para cubrir un concierto, acreditarse, estar atento al mismo tiempo que se disfruta o se padece, dominar los nervios, etc. Justo como Crowe en su adolescencia. ¿Estarán al 100% las baterías? ¿No huelo feo? ¿Hago las preguntas correctas? ¿Hasta cuánto debe durar? ¿Me noto nervioso? Con la práctica, uno va agarrando su propia voz para preguntar otro tipo de cuestiones y plasmarlas de forma más ordenada, y aprende a ver al artista de una manera más cercana, al darnos cuenta que tienen o tuvieron la misma sorna que nosotros al entrevistar a alguien. Poco a poco derribamos mitos y la línea del fan se desdibuja. De repente uno puede verse igual de vulnerable e imperfecto que nuestros héroes musicales. Enrique Blanc es una voz sólida dentro del periodismo musical mexicano, con más de 20 años de trayectoria profesional, que lo han llevado a convertirse en un referente contemporáneo de la cultura nacional. En octubre del año pasado se editaron 500 ejemplares de Flashback. La Aventura del Periodismo Musical, un libro publicado por la Universidad de Guadalajara, ciudad de donde Blanc es figura tanto en medios impresos como electrónicos. Hoy las cosas son un tanto distintas en sus formas. Uno se tarda meses en leer un libro físico, al tiempo que devora sendos textos diariamente por la red, las distancias alejan la experiencia física que implica trasladarse, concretar horarios y lugares, y sobre todo el juego de preguntas y respuestas que se van dando. Sin embargo, y pese a los nuevos tiempos y lo impersonal de la tecnología, ni la distancia ni la premura impidieron tener una entrevista con uno de las figuras más emblemáticas del periodismo musical  mexicano. Enrique Blanc ha escrito sobre Patti Smith, Beck y Bob Dylan. Ha tenido la suerte y el tino de hacerle preguntas interesantes a Marc Ribot, Moby, Arto Lindsay o a Cypress Hill. En Flashback se reúne buena parte de las reseñas, crónicas y entrevistas de Blanc, quien además es también estupendo narrador literario, detalle que enriquece su labor. Al propósito de Flashback y su labor como periodista musical, Enrique contestó algunas preguntas para Forbes México y éste fue el gozoso resultado. Después de leer Flashback, me queda claro que tu labor tiene mucho de goce y algo más de sacrificio. ¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción y el mayor pesar después de ver publicada una selección tan importante de tu trabajo? La mayor satisfacción, el darme cuenta que he podido desarrollar a través del tiempo tanto un gusto muy amplio en cuanto a lo musical, así como una obra abundante en lo que de textos respecta, misma que me ha llevado a colaborar con una larga lista de publicaciones y que, lo mejor de todo, me ha hecho viajar y acercarme a una gran cantidad de sonidos. Y, el mayor pesar, quizá el hecho de que tuve que dejar algunas cosas fuera para que el libro no se desbordara. En Flashback leemos latitudes musicales extremas y en apariencia disímbolas entre sí. Está desde Primal Scream hasta el gran español Tomatito. ¿Cuál es el criterio o los criterios principales para lanzar este libro en ese orden, con esos artistas? Me parece un libro muy equilibrado. El libro obedece a mi gusto musical que a través de los años se ha abierto a distintos géneros, cosa que también quería que pudiera quedar clara en sus páginas. Pese a que el rock ha dominado mi gusto a través del tiempo, quizá porque sus materiales —discos, revistas, información en general— son los que tenemos más a la mano, también he estado atento de otros estilos musicales. En otras palabras no quería que Flashback se viese como un libro de rock, sino con una apertura de criterio en cuanto a lo musical, como mi gusto propio. ¿El periodista musical debe escribir siempre de lo que le gusta y en sentido positivo? Como lectores asiduos a la música, uno suele leer más textos complacientes que descartando lo que sería para el autor “una mala propuesta”. ¿Crees que en el periodismo musical hay un miedo a decir ‘Café Tacuba es una banda obsoleta’ o ‘Caifanes no es la banda más grande de México’?, ¿Por qué no publicar en Flashback más textos críticos sustentados para discrepar con la propuesta de un artista. En parte tienes razón, y como lo digo en la “Declaración de principios” al comienzo del libro, últimamente me he inclinado por reseñar la música que más placer me genera, porque siento la compulsión por compartirla. Quizá las bandas que menciones no sean las más polémicas y las que más atención merezcan porque, de cualquier manera, se escribe mucho sobre ellas. Me parece que es la música más comercial, la de los grandes nombres con récords de ventas de discos como Shakira, Arjona o Paulina Rubio, la que deberían estar más a menudo en la mira de los críticos y los especialistas. Colaborando para Los Angeles Times reseñé a muchos de estos artistas, Ana Gabriel, Los Temerarios y Emmanuel entre ellos y, obvio, fui muy crítico, cosa que molestó en la mayoría de los casos. Pero también recibí mensajes de agradecimiento ante una reseña severa de mi parte, en la que el artista en cuestión aseguraba que nunca antes se había escrito una cosa así de su persona y que le parecía que aprendía de ello. Con Chayanne eso me sucedió, su manager me llamó por teléfono. Ahora, hay una cosa más a considerar en esto: cada día hay más música y uno quisiera tener más tiempo para conocer, familiarizarse y disfrutar de ciertas propuestas, quizá ello pese en la decisión de reseñar algo que me atrae. Ante cada vez más oferta y menos tiempo disponible, uno quiere invertir su tiempo en descubrir y escuchar canciones que provoquen gozo más que nada. Por ende, uno termina siendo habitualmente más lúdico que polémico. Aunque también hay quienes hacen de la descalificación una militancia y ello, la destrucción bien sustentada, les da inmenso placer. Como toda selección, supongo que descartaste textos que querías incluir. Sé que ‘el hubiera’ no existe, pero ¿qué otros artistas que ya hayas entrevistado te hubiera gustado incluir? Me doy cuenta que si he dicho que ésta es una selección de textos que representa en cierta medida mi gusto musical, no me gusta haber dejado fuera a músicos que también admiro y que olvidé por alguna razón, como Nick Cave y Joseph Arthur, que es un músico que me gusta mucho. También dejé fuera a Nacho Vegas y Los Planetas, entre otros. Hice en algún momento una entrevista con Kiko Veneno que me encantó y que nunca pude encontrar —sólo la conservaba en casete—. Al final también escuché las opiniones de los amigos que leyeron el libro y que me recomendaron cosas, como que sacara una entrevista con Serrat, que me gusta mucho, y que ellos opinaban que resultaba algo rara en el contexto del libro. Tom Waits está incluido en más de una ocasión dentro del libro, están también cantantes del calibre de Bob Dylan, Pj Harvey, Serge Gainsbourg y Patti Smith, entre muchos más. Me da la sensación de que como muchos amantes de la música, a ti también te vuelven loco los cantautores, trotamundos y trovadores. Tras años de entrevistar a personalidades tan interesantes en sus formas como David Byrne, Marc Ribot o Arto Lindsay, ¿qué es lo que encuentras en común entre ellos?, ¿qué crees que es lo que los vuelve entrañables, más allá de lo que solemos escuchar en un disco o ver en el escenario? Al menos los que aquí mencionas, son personajes que están imbuidos en el misterio y que por lo tanto nos parecen oscuros, nada convencionales. Creo además que su obra está entre las mejores que se ha hecho en el ámbito de la canción, de Dylan a Gainsbourg a Waits. Son grandes personajes que lo mismo ganaron fama componiendo y cantando que haciendo otras cosas, escribiendo literatura o acercándose al cine. Y todos tienen vidas extremas plagadas de relatos legendarios sobre su persona. Algunos de ellos como Byrne, Lindsay y Ribot, sí tienen un fuerte punto de contacto en el hecho de que han estado muy ligados a esa ciudad impresionante que es Nueva York, uno de los escenarios más deslumbrantes en lo que a la música contemporánea respecta. También Patti Smith y Dylan son o han sido neoyorquinos adoptados. Y en sus canciones siempre hay esa búsqueda de experimentación, además de que sus carreras son inconformes en el hecho de que no quieren ser siempre los mismos, sino que buscan reinventarse con imaginación, cosa que me parece que han conseguido. Es decir, son personajes de nuestra era que despiertan el interés por conocerse lo más profundamente posible y verter opiniones acerca de su vida, su trabajo y el prestigio que se han ganado a pulso. Pese a ser un texto de una calidad impecable, relevancia cultural notable y edición bastante cuidada, el texto indica que sólo se tiraron 500 ejemplares. ¿No valía la pena apostar por un tiraje y una distribución mayor? En realidad es complicado conseguirlo para muchos interesados. Como autor, me he adaptado a las condiciones que planteó la Editorial Universitaria. Yo de hecho había estado trabajando en otros dos libros que espero vean la luz pronto y repentinamente vino la idea de Flashback que armé con mucha rapidez. Es decir, que fue algo que ni siquiera tenía contemplado. Supongo que puede pensarse en reediciones, en la medida que se vaya acabando el tiraje, pero para ello es también importante el trabajo de promoción que haga la editorial. Espero que se distribuya bien, se venda y se reimprima. Si tuvieras que quedarte con la entrevista o el artista que más te haya dejado como periodista musical, ¿cuál sería?, ¿por qué motivo? Es difícil, aunque considero a Dylan uno de los más grandes escritores de canciones, pero con él no he cruzado palabra. Ya Robert Hillburn, el periodista musical estadounidense cuenta en Desayunando con John Lennon lo difícil que es llegar a él. Ahora, de aquellos a los que entrevisté, quizá David Byrne, por el carácter también tan diverso que tiene como melómano. Flashback tiene en su mayoría artistas que consolidaron su carrera antes del inicio del nuevo siglo. De diez años a la fecha ¿qué bandas o artista llaman tu gusto y atención?, ¿escuchas cosas nuevas? Conduzco un programa en Radio Universidad de Guadalajara y me gusta combinar clásicos con novedades. Eso, además de los textos que sigo publicando en diarios y revistas, me hace tener que estar muy actualizado. Escucho todo el tiempo cosas nuevas y no dejo de consultar publicaciones en Internet como impresas. Entre lo que más ha llamado mi atención recientemente están grupos como Alt-J, Django Django, The Dodos, Phosphorescent, Doldrums y James Blake, entre otros. Si tuvieras sólo cinco minutos para entrevistar a un personaje de tu interés ¿quién sería y por qué? Me gustaría entrevistar a Peter Gabriel y hacerlo durante más de cinco minutos. No le preguntaría nada sobre Genesis ni sobre sus discos como solista, sino sobre todos aquellos músicos de distintas procedencias que han pasado por su estudio y que ha editado en su sello. Figuras tan disímiles y distantes como Nusrat Fateh Ali Khan, Geoffrey Oryema y Sevara Nazarkhan, entre muchos otros. ¿Cómo llegó a ellos? ¿Qué anécdotas guarda sobre estos encuentros? ¿Qué más allá de lo que ha editado en Real World recomienda escuchar? También me hubiese gustado mucho haber entrevistado tanto a Camarón de la Isla como a Chico Science, pero ya ninguno de ellos, personajes para mí en suma interesantes, vive. ¿Piensas editar un libro similar a Flashback en un futuro? Ya comentaba que trabajaba en otros dos libros cuando se presentó la coyuntura para publicar Flashback. Uno es un libro de conversaciones con Café Tacvba, que espero publicar en 2014, ahora que el grupo cumpla 25 años de carrera. De hecho, la idea inicial era haberlo publicado a sus 20, pero la editorial que se comprometió a sacarlo no lo hizo. Y otro, es un libro de anécdotas y encuentros que he tenido a lo largo de los años con músicos latinos, incluidos los brasileños. Relatará esas historias que viví en ciudades como Barcelona, Recife, Los Ángeles, Monterrey y Medellín, entre otras, que visité con la idea de hacer reportaje de sus escenas musicales para La Banda Elástica.

 

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