Hace poco más de dos años, durante la celebración de la E3 Expo en la ciudad de Los Ángeles, California, la casa de Play Station, Sony Interactive Entertainment, en conjunto con Sucker Punch Productions, presentó en un pequeño cuarto improvisado a un grupo de periodistas la que sería una de sus mayores apuestas de cara al futuro.

Estamos hablando de Ghost of Tsushima, un videojuego de mundo abierto de acción y aventuras, dirigido por Nate Fox, que finalmente ve este viernes la luz en todo el mundo, tras un largo tiempo de desarrollo.

Se trata de un juego que recrea un pasaje hasta hoy presente en la mayoría de los libros de historia universal: La invasión que durante el siglo XIII intentó realizar el Imperio Mongol sobre Japón, un territorio que, a pesar de todo su poderío, expandido por gran parte de Asia y Europa, nunca pudieron tener.

El eje de todo se sitúa en el año 1274, justo en la pequeña isla de Tsushima, parte de Japón y un sitio que inicialmente los mongoles conquistaron facilmente, pero que, posteriormente, se convirtió en la primera línea de batalla de los nipones por la defensa de su territorio.

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Es precisamente en ese sitio donde, luego de perder a prácticamente a todos sus compañeros samurái, comienza la historia de Jin Sakai, un joven que, tras sobrevivir a un duro y mortal primer enfrentamiento, decide dar la lucha al ejército mongol con el objetivo de salvar la vida tanto de su tío Shimura, su único familiar con vida, como de todo el pueblo japonés.

Así es como justo da inicio este juego, en el cual personaje principal va llevando a su jugador a través de una serie de batallas épicas no sólo contra miembros de todo tipo del ejército mongol, sino también contra algunos desertores la causa nipona que poco a poco se van presentando, como son los guerreros ronin.

En la piel del fantasma

Tomar en tus propias manos a Jin y llevarlo a la batalla en un juego que, dependiendo del recorrido que se tome puede durar entre 35 y 50 horas, resulta bastante entretenido, sobretodo por el crecimiento que a lo largo de la historia va teniendo el personaje.

Y es que con el joven Sakai se comienza prácticamente desde abajo, herido después de una batalla inicial desastroza, siendo desde ahí donde el personaje comienza a establecer cada una de las bases que lo llevarán más adelante a convertirse en el samurái fantasma capaz de poner en jaque a Khotun Khan, líder del ejército mongol y su principal antagonista.

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Paso a paso entonces, conforme se va avanzando en la historia, el jugador va llevando al samurái a aprender todo tipo de posiciones de batalla, que le servirán para ir abriéndose paso ante los dominantes mongoles, quienes cuentan con todo tipo de armas para hacerte sufrir, desde típicas espadas o flechas hasta lanzas y complejos disparadores de polvora.

Vale la pena destacar que el pensonaje principal también va desarrollando su potencial para hacer frente a todo esto, incrementando paulatinamente su capacidad de resistencia en las batallas, además de que puede ir elevando la fortaleza su katana y dando más capacidad a su armadura.

Asimismo, Jin Sakai aprende en el recorrido a utilizar otras armas importantes, como es su propio arco, además de bombas caseras, ganchos y dardos envenenados que tienen la capacidad de volver locos a sus oponentes.

Toda esta capacidad está acompañada por una serie de refuerzos de amistades que el personaje va sumando durante su trayectoria y que culminan formando un ejército propio de resistencia que va paso a paso reduciendo el avance de los mongoles.

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Por si la emoción de los enfrentamientos no fuera sufiente, el juego viene acompañado de una serie de postales que permiten al jugador trasladarse hasta los bosques japoneses de Tsushima, además de que recrea a la perfección cada una de las pagodas, templos y más sitios emblemáticos de la cultura nipona.

Cabe apuntar que el que sea un juego de mundo abierto puede llevar a los jugadores a sentir repetitivas algunas de las misiones del personaje principal, sin embargo, el hecho de que existan un buen número de distintas misiones secundarias le da mayor diversidad.

En resumen, tomar la vida de Jin Sakai y el pueblo de Tsushima en tus manos puede llevarte, durante horas, a perderte en el amplio cosmos de la vida japonesa tradicional, en la cual, si bien existe el valor predominante de la honra, también están presentes las envidias, las traiciones y la sangre.

 

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