Los nuevos tiempos nos traen conceptos novedosos que vale la pena revisar. La forma en que entendemos el mundo corporativo está cambiando rápidamente y tenemos que estar al pendiente para interpretar y adaptarnos a las nuevas condiciones. La flexibilidad corporativa es un concepto novedoso que responde a una estrategia para enfrentar las circunstancias y expectativas cambiantes del mundo empresarial. Los miembros de un equipo de trabajo que se aproximan a su trabajo con una mentalidad flexible suelen ser más valorados por los empleadores. Asimismo, los empleadores que cultivan un entorno de trabajo flexible son atractivos para los empleados.

Sin embargo, la flexibilidad no puede ser una ocurrencia del momento. Tiene que ser una estrategia que brinde beneficios a la organización y a sus integrantes, teniendo en cuenta que se busca generar utilidades favoreciendo las condiciones de las partes involucradas. En un lugar de trabajo flexible, se satisfacen las necesidades tanto del empleado como del empleador.

La flexibilidad en el lugar de trabajo ha servido como una herramienta para retener talento e involucrar a los integrantes del equipo de trabajo sin perder de vista que ayuda a la organización a alcanzar sus objetivos gracias a la mejora de la productividad. Si no se dan estas dos condiciones, generar utilidades para la empresa y beneficios para el colaborador, no se está aplicando adecuadamente la estrategia.

Por fortuna, hay una variedad de maneras en que la flexibilidad corporativa puede ser implementada. El elemento principal es la orientación hacia la eliminación de la rigidez. Una empresa flexible tiene equipos de trabajo integrados que jamás dirán: “Eso no me toca ni es mi trabajo.  Borran de su fraseología corporativa la pregunta ¿por qué yo? Son empresas orientadas a resultados, cuyos miembros aceptan responsabilidad en forma gustosa, les resulta positivo que les den una nueva asignación. La gente flexible modifica su enfoque de las tareas en función de las preferencias de las partes interesadas y las demandas únicas de cada situación.

La flexibilidad corporativa busca que su gente ajuste las horas que trabaja para adaptarse a las necesidades de la empresa, en vez de hacer presencia sin acción. Se deja atrás el cumplimiento de horarios, para darle paso a los resultados obtenidos. La flexibilidad corporativa favorece la capacitación que aumenta la eficiencia, escucha atentamente las críticas constructivas como parte de una revisión de la interpretación, ofrece cubrir las responsabilidades de un colega mientras está enfermo o de vacaciones, acepta trabajar horas extras durante una crisis de fin de año, dejar a un lado el trabajo cotidiano para responder a un problema emergente. Los empleados con una actitud flexible tienen en mente los objetivos de la empresa y trabajan para lograrlos, acomodando sus esfuerzos a la misión en cuestión.

El papel de los líderes flexibles es indispensable porque adoptan enfoque de administración en equipos y reconoce las necesidades de cada individuo y hacen un esfuerzo para adaptarse a los estilos y necesidades personales. Los ejecutivos que son flexibles proporcionan a su gente una mayor libertad sobre la forma en que logran los objetivos. Evalúan las necesidades de los empleados y proporcionan retroalimentación, orientación y reconocimiento individualmente para optimizar el rendimiento.

Pero, la flexibilidad no quiere decir que se deba eliminar la estructura. De hecho, se requiere una base para analizar el estilo y las preferencias de los subordinados individuales; para supervisar y premiar el trabajo de un empleado productivo que alcanza sus objetivos; recompensar a los subordinados que hacen sugerencias relevantes.

La flexibilidad corporativa busca arreglos que promuevan la equilibrio entre la vida laboral y personal, en lugar de las estructuras rígidas que no abonan a la productividad. Esto incluye políticas de horarios escalonados, trabajo a distancia, evaluaciones sobre resultados. Por supuesto, la flexibilidad funciona si y sólo si, empleadores y empleados se benefician. Un trabajo flexible no es trasladarle los gastos corporativos a los trabajadores para que ellos los asuman desde casa y de sus bolsillos. Tampoco implica disponibilidad inmediata en todo momento y lugar, porque la gente tiene un horario para trabajar y otro para vivir.

El punto central es que exista un beneficio que ayude a a lograr una mayor equilibrio entre el trabajo y los otros aspectos de la vida personal. El resultado debe ser una mayor satisfacción del entorno corporativo que mejore la lealtad, el compromiso y la retención, lo que ayuda a la productividad de una empresa y sus resultados.

Pero, hay que ser claros, no todo lo que brilla es oro ni todo lo que nos han querido vender como flexibilidad corporativa cumple con los parámetros. Para que funcione, debe haber armonía y conveniencia mutua. Si no, en vez de tener una estrategia, estaremos frente a una ocurrencia que puede salir muy cara.

La flexibilidad en el lugar de trabajo es una estrategia que hace hincapié en poder y estar dispuesto a adaptarse a las circunstancias cambiantes cuando se trata de cómo se hace el trabajo. Satisface las necesidades tanto de la empresa como de sus trabajadores. Puede mejorar la equilibrio entre la vida laboral y personal de los empleados, lo que conduce a una mayor satisfacción y retención de talento.

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