Los directores de finanzas o CFO son agentes de cambio y equilibrio en los unicornios. La salud financiera de la compañía depende, en gran parte, de su trabajo. Por sus manos pasa el cumplimiento de las obligaciones fiscales, el maximizar las utilidades de los accionistas, el garantizar la veracidad y confiabilidad de la información financiera y su retroalimentación al Consejo de Administración. Incluso, hay veces que tienden a ser un contrapeso de las decisiones arriesgadas y disruptivas de los directores ejecutivos o CEO.
Su rol cobra mayor relevancia en el actual contexto de incertidumbre económica global. De ellos puede depender que se cierre con éxito una ronda de inversión por parte de los fondos de venture capital (que serán más selectivos a la hora de fondear emprendimientos) y, para ello, deben identificar, medir y gestionar la generación de valor de la compañía y asegurarse de que crece a ritmos sustentables. También se encargan de intentar que la empresa dependa menos del fondeo externo o lo utilice para crecimiento.
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Un estudio de IBM indica que los cfo son los “guardianes de la estabilidad y la transformación”. El CFO, dice, “aporta calma, perspectiva” para generar resultados. Según IBM, los directores ejecutivos consideran que el cfo desempeñará el papel más crucial en sus organizaciones durante los próximos años. “La expectativa de ser tanto el guardián de la estabilidad como el agente de la transformación ha elevado las apuestas y la oportunidad para el cfo y la función financiera”. El estudio “Las 12 razones por las que fracasan las startups”, de CB Insights, apunta a que la razón principal por la que las compañías cierran es porque se quedaron sin efectivo o no lograron recaudar nuevo capital, algo en lo que lleva mano el CFO. “El dinero y el tiempo son finitos y deben distribuirse con criterio […] En septiembre de 2019, la startup de realidad aumentada Daqri cerró, después de gastar más de 250 millones en fondos y no lograr una nueva ronda de inversores”, dice el documento de CB Insights.
De acuerdo con datos de Endeavor México, compartidos en exclusiva con Forbes México, muchos de los cfo de las startups y scaleups de Latinoamérica tienen más edad y, por lo tanto, mayor experiencia que los propios fundadores de las compañías. En promedio, un director de Finanzas en la región ronda los 39 años de edad y acumula aproximadamente 14 años de experiencia laboral.
Además, 100% de los cfo que conformaron la muestra tiene conocimientos en finanzas; 82% en ventas; 82% en investigación de mercado; 73% experiencia C-level y sólo 12% ha fundado un emprendimiento. En tanto, 79% tiene experiencia en la industria de servicios financieros; 45% en la de Tecnologías de la Información y 21% en comercio y bienes de consumo.
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No obstante, el trabajo del cfo no está únicamente relacionado con las finanzas de la compañía. De acuerdo con PwC, “en 2021, las realidades de un mercado laboral ajustado, los nuevos modelos de trabajo y las expectativas cambiantes de la fuerza laboral exigieron la atención del cfo. Al reconocer que las personas quieren más propósito en el trabajo, los líderes financieros colaboraron con los directores de Capital Humano para mostrarles que son importantes, lo que frenó las posibles pérdidas de productividad”.
La labor de los cfo no está exenta de fricciones, en su mayoría sanas, con los ceo. Directores de Finanzas consultados por Endeavor México para esta publicación comentaron que, por ejemplo, los directores ejecutivos tienden a tomar decisiones más arriesgadas y disruptivas, mientras que ellos son de naturaleza más conservadora.
En general, estos ejecutivos asumen que su labor es una cara de la misma moneda: el éxito de la firma depende tanto de que se ejecute bien la estrategia como de un plan financiero controlado.
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