Desde hace más de 73 años existe en el mundo el bolígrafo o pluma que se produce en una planta de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, y que es enviado para su comercialización a distintos países como Brasil, Francia, Kenia, Nigeria y Canadá.
Algunos de los componentes principales de dicha pluma que garantiza 2 kilómetros de escritura, también son elaborados en el territorio mexiquense y son enviados a otros regiones para completar la producción de bolígrafos en otras latitudes.
Así, la planta que hace el bolígrafo altamente usado en el mundo, operada por la compañía BIC, es una de las instalaciones empresariales más estratégicas que pudieran apreciarse.
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De acuerdo con Rafael Ramírez, director de Operaciones de BIC México, el secreto con el cual la planta de Cuautitlán ha sobrevivido por décadas, ha sido el cambio.
“En los 9 años que he trabajado aquí, he visto que el cambio es lo más importante”, cuenta el directivo en entrevista.
Aunque admite que al bolígrafo más popular que producen solo se le ha añadido un agujero en el tapón y se ha soldado en la tapa que queda arriba del repuesto para evitar asfixia, asegura que el fabricante siempre está viendo qué puede mejorar.
“Revisamos qué hacemos bien que podamos mantener, qué podemos hacer distinto y cómo te preparas para el futuro”, explica Ramírez.
Quieren escribir una historia verde con estas plumas
La planta de bolígrafos BIC de Cuatitlán Izcalli eliminó desde este año el uso de energía de la CFE, ya que empezó a usar energía renovable en sus instalaciones.
En cuanto a la producción, la fábrica en territorio mexiquense produce dos líneas de plumas hechas con material reciclado, las cuales son comercializadas en el mercado estadounidense.
Sin embargo, dicha producción ecológica, será ampliada para la venta en México.
“Hacemos productos plásticos, entonces estamos empezando a empujar muy fuerte para empezar a introducir en la mayoría de nuestros productos material reciclable”, comparte Ramírez.
Hacia 2030, la compañía también espera que la mitad de sus productos, que además de plumas, son correctores, rastrillos y encendedores, sean producidos con material reciclado.
La fábrica de BIC en Cuautitlán hace el 33% de la producción de BIC papelería a nivel global y exporta sus productos a más de 45 países.
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