Los indicadores económicos que tratan de medir la evolución de la economía mexicana, a la luz del análisis, comienzan a mostrar síntomas de agotamiento y, como dijimos hace dos semanas, de estancamiento. El enfriamiento económico generalizado que está viviendo el planeta, como lo denominó el Fondo Monetario Internacional (por sus siglas, FMI), está contagiando a una economía mexicana que vuelve a sufrir nuevos reajustes a la baja en sus previsiones para este y el próximo ejercicio. Y esta situación, observando la tendencia que presenta esta importante economía emergente, podría acabar extendiéndose más de lo esperado; situando a la economía mexicana, dicho sea de paso, al borde de una recesión.
La OCDE, el Banco Mundial, el FMI, la UNCTAD… Todos los organismos multilaterales han comenzado a reajustar sus previsiones ante este nuevo contexto que viven las economías. Teniendo en cuenta todo lo ocurrido, así como la situación que vive la economía debido a ello, los cuadros macroeconómicos que presentaban las economías hace meses han quedado completamente desfasados; y ante ello, los organismos han tenido que reajustar sus previsiones para adaptarlas a este nuevo escenario. Y hemos de señalar que estos reajustes a la baja se pronuncian cuando el foco lo situamos sobre las economías de América Latina, pues, como señalaron los analistas de Moody’s, el futuro que se le avecina a estas economías emergentes es bastante oscuro.
Sin embargo, pese a esto que comento, hay ciertos fenómenos que, atendiendo a su impacto en la economía mexicana, sí ofrecen más optimismo en un entorno como el actual, donde las sombras son claramente superiores a las luces que se avistan en el horizonte. Y aunque seguimos sin ver la luz al final del túnel, como advirtió la OCDE hace una semana, el nearshoring, como dijimos en esta misma columna hace semanas, comienza a ser una realidad en una economía mexicana que, debido a las características que presenta, está atrayendo inversores y empresas que buscan en México una alternativa para reducir la dependencia asiática.
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Como dijimos, la ruptura en las cadenas de suministro que vivió el planeta como consecuencia de la crisis pandémica despertó muchos miedos en unos empresarios que comenzaron a notar los efectos de concentrar toda su producción en el continente asiático. Teniendo en cuenta la gran concentración existente, que comenzó a gestarse hace años, y teniendo en cuenta que China, o como la llaman, la fábrica del mundo concentra el 35% de la producción de manufacturas a nivel mundial, muchos empresarios, ante la posibilidad de que esto que ocurre hoy vuelva a ocurrir mañana, han optado por diversificar esta dependencia con otras economías que, como México, también ofrecen un menor coste, entre otras ventajas.
Por esta razón, muchas empresas norteamericanas, europeas, así como de otros continentes, entre las que destacan Tesla, DHL o fabricantes de ropa y calzado como Vans, han comenzado a aplicar esta estrategia, reorganizando su cadena de suministro y priorizando la relocalización de la producción a zonas más cercanas al punto de consumo. En otras palabras, empresas que han buscado alternativas para huir de Asia y, entre esas alternativas, han escogido México. Y como las citadas, numerosas empresas siguen pendientes de entrar al país, teniendo en cuenta que Banxico comunicó que el 16% de las empresas a nivel nacional comenzaron a reportar incrementos en la demanda de sus productos o en la inversión extranjera directa como consecuencia de este nearshoring.
Además, en las últimas horas, el presidente de la Cámara de Comercio italiana en México ha comunicado que México se convertirá en el centro manufacturero para 15 empresas de alimentos, agroindustriales, biomédicas y tecnológicas italianas, quienes invertirán en la construcción y traslado de sus líneas de producción desde Asia, Estados Unidos y Europa. Y es que, como ha resaltado el mandatario italiano, México cuenta con muchas ventajas, como el T-MEC, que ofrecer a unos inversores que, atendiendo a la situación que presenta el país y a esa carencia de motores económicos, podrían devolver parte del dinamismo perdido a una de las economías más importantes del continente latinoamericano.
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