El compromiso que el actor Erik Hayser tiene con su trabajo no es sólo el de ofrecer entretenimiento, sino generar cambios y reflexiones, “mover algo en el espectador”. El objetivo es ayudarlo a “mirar con nuevos ojos y motivar la construcción de una mejor sociedad”.

“Creo que, si el arte se queda solamente en entretenimiento, [el resultado] es flácido. Considero que tenemos que dar ese paso; y eso, de alguna manera, es lo que he procurado hacer con mi carrera desde que comenzó”.

Hayser empezó a hacer teatro a los 13 años. Esto le dio una brújula (en esos momentos en los que se cuestionaba muchas cosas). Se encontraba inmerso en una fuerte revolución existencial.

“El teatro me dio piso, un norte que me pudo anclar a mí mismo. Lo recuerdo con tanto cariño, como si fuera ayer la primera vez que me paré, en forma, en un escenario”.

Fue tanta la fascinación del teatro que ésta se quedó impregnada en él. Así que, una vez que terminó la preparatoria, rompió las solicitudes que tenía para estudiar Economía en Harvard. Él quería ser actor.

Erik, originario de Querétaro, llegó a la Ciudad de México para formarse y prepararse en una escuela dentro de una televisora, algo que para él fue irónico, pues no creía en la televisión.

“No quería hacer televisión, porque no me gustaba lo que yo encontraba ahí, pero un día también me dije: ‘Si quiero que las cosas cambien, no puedo criticar desde afuera”.

Para él, ha habido dos parteaguas en su carrera: el primero, la formación de su propia casa productora (artepost) en 2007, la cual cerró años después; y, el segundo, la oportunidad de trabajar con Argos en la teleserie Las Aparicio y, de la mano, llegó El octavo mandamiento, donde desempeñó uno los personajes más retadores de su carrera: “En ese momento comencé a sentirme un verdadero actor”.

Erik Hayser. Foto: © Oswaldo Ramírez.

El también productor ha combinado estos roles con el de empresario, pues hace 12 años abrió su propio restaurante en Querétaro.

De su carrera artística, el histrión destaca que el mayor desafío ha sido mantenerse fiel a sus ideas y principios en la industria, rechazando proyectos que no reflejan sus valores. “Me considero un ente creativo junto con el resto de la producción, de los técnicos y de todos los que hacemos este trabajo”.

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Hayser expresa su entusiasmo por el futuro de la industria creativa en México, señalando que el país está por llegar a un punto de inflexión, donde hay una sobresaturación de contenidos, sobre todo de series, con temáticas que se parecen, pero él espera ser parte del cambio.

Su consejo para los jóvenes que apenas incursionan en la industria creativa es que lo piensen varias veces, y enfatiza la importancia del compromiso, la perseverancia y la resistencia para sobrevivir en esta carrera.

Este reportaje lo puedes leer en la edición 133 de nuestra revista Forbes México.

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