Antes de desmantelar las inversiones en países extranjeros y enfocarse a negocios meramente locales, las multinacionales deben tomar en cuenta que la tendencia a desacreditar la globalización y el anunció de políticas proteccionistas están, en la mayoría de los casos, en el plano de la percepción y no en el de los hechos. Tan exagerados fueron los posicionamientos de la década pasada que anunciaban que el mundo era plano y que las compañías globales dominarían la economía apoyadas por las pocas restricciones en las fronteras nacionales, como “el llanto” por un retroceso masivo de la globalización frente a presiones proteccionistas, asegura Pankaj Ghemawat, director del Centro para la globalización de la Educación y Gestión en la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York. En el marco de la negociación de la salida de Reino Unido de la Unión Europea y el avance de la agenda del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con “America First”, la globalización no está experimentando un serio revés y en caso de que fuera así esto no significa que esté por llegar a su fin, explica en entrevista con Forbes el también profesor de Global Strategy en el IESE Busines School en la Universidad de Navarra. “El futuro de la globalización es algo que en el sentimiento (popular) suele hablar de más cambios que lo que en realidad ocurre o lo que se muestra en los datos duros que apenas muestran términos negativos. Respecto a las compañías, parece haber mucha confusión afuera acerca de cuáles podrían ser las implicaciones de un escenario a la baja en términos de cuál podría ser el impacto y cuáles compañías están preparadas para ello”. La “agitación” de hoy en día, como la llama Ghemawat, requiere una revisión de las estrategias de las empresas multinacionales, las estructuras organizacionales y los enfoques del compromiso con las sociedades en los países que se establecen. “Es importante reconocer que existen presiones respecto a la localización tomando en cuenta las presiones proteccionistas, pero también recordar que las corporaciones multinacionales típicamente generan valor explorando las economías a través de las fronteras”, señala Ghemawat. Aunque quedarse en casa es una opción, toda vez que únicamente 0.1% de las empresas del mundo son multinacionales, Ghemawat recomienda a aquéllas que desean continuar con su expansión buscar oportunidades donde puedan encontrar afinidades culturales, administrativas, políticas, geográficas y económicas. Adaptarse a estos entornos singnifica integrar variaciones en los productos, políticas y posicionamiento en el mercado; sin embargo, estas variaciones aumentan los costos y la complejidad en las multinacionales, por lo que recomienda diseñar plataformas comunes sobre las que se ofrecen variantes locales o externalizar los costos de adaptación a través de franquicias, empresa conjunta u otro tipo de sociedades. Los sentimientos antiglobalización también afectan a las grandes empresas. La reputación de los negocios es más baja que nunca y la credibilidad de los directores generales como generadores de cambios sociales es poca. En ese sentido, el académico propone generar más beneficios locales en los países que operan, además de esfuerzos por contribuir a través de empleos, tecnología y otros beneficios.

 

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