Empresa: Collective Academy
Equipo: Patricio Bichara
Fecha de fundación: 2015
Facturación 2020: 18 millones de pesos
Expectativa de facturación 2021: 36 millones de pesos
Empleados: 21
No es una plataforma, es la universidad del futuro, así es como Patricio Bichara, su fundador y director general define a Collective Academy.
Este negocio encontró en la coyuntura pandémica un impulso adicional y muy relevante a una propuesta que data de 2015, y que surgió como respuesta a las deficiencias de preparación y actualización educativa a nivel profesional en México.
La principal fuente de ingresos de la compañía proviene del cobro de colegiaturas que pagan directamente los alumnos, “aprendedores” como los cataloga Bichara, o las empresas cuando solicitan el desarrollo de programas corporativos de capacitación para su personal.
Ahora explora un nuevo afluente de ingresos al cobrar a empresas interesadas en contratar talento el acceso a la base de datos de los egresados: más de 400 emprendedores y 4 mil de programas corporativos.
Una de las principales características del modelo educativo, y de donde proviene el nombre, es el concepto de comunidad de profesionistas y directivos de primer nivel que como mentores que no sólo comparten con los aprendedores sus conocimientos, sino que además lo llevan a la práctica.
Collective Academy comenzó la expansión formal a Colombia y Perú, aunque actualmente aprendedores de 8 países de la región forman parte de los programas virtuales que imparte.
Se trata de aprender y no de enseñar
Mientras que Patricio Bichara cursaba en el Tecnológico de Monterrey, la carrera de Ingeniería Industrial y de Sistemas, su mente y entusiasmo estaban realmente en otro lugar; en el Instituto Tecnológico de Georgia donde sus tíos habían estudiado y sentía que era una necesidad desfilar también por aquellas aulas.
Logró que la institución educativa mexicana aceptara un doble grado y el intercambio de alumnos, acciones que fueron complementarias en su traslado a Estados Unidos donde comenzó, sin saber, a construir los pilares de lo que a la postre se convertiría en toda una propuesta empresarial educativa.
Durante su estancia en Georgia recibió conocimientos mucho más actualizados y conoció el empeño que la mayoría de las universidades en Estados Unidos aplican a sus alumnos porque las instituciones miden sus logros con el porcentaje de egresados que consiguen buenos puestos con salarios atractivos .
Pero la experiencia en Estados Unidos no sólo fue educativa sino también personal y humana porque fue bien recibido por una comunidad latina de estudiantes que le ayudó no sólo en el plano académico y profesional sino también social.
“La comunidad es una parte importantisima, yo lo viví”, relató Bichara. A su regreso a México busco cabida en firmas de consultoria y donde terminó aceptando la oferta, al ver su capacidad y conocimiento, le pidieron que también apoyara el proceso de reclutamiento de personal, y durante las entrevistas se percató que egresados de universidades públicas y privadas no tenían muy claro su futuro educativo y menos laboral, y mucho menos cómo aplicar para conseguir los mejores puestos de trabajo.
Entonces supo que tenía una gran oportunidad, en la orientación y educación para que los estudiantes se conviertan en mejores candidatos y en consecuencia mejores puestos.
En ese momento comenzó a florecer la inquietud de buscar soluciones en el rubro educativo que fue madurando a la par de su trayectoria laboral que incluyó fondos de capital de terceros donde fue el primer filtro de las propuestas emprendedoras que solicitaban financiamiento y se dio cuenta que los emprendimientos en materia de educación y su innovación brillaban por su ausencia, y fue entonces cuando se completó la inquietud de su propuesta educativo con un modelo de negocios más formal y sólido en la coyuntura de estudios adicionales que cursó en la Universidad de Harvard, y reuniones con especialistas en la materia.
Así fue como nació en forma Collective Academy, un modelo virtual que inicialmente se pensó para México pero que rápidamente mostró atractivo para ampliarlo a nivel de América Latina.
Y para los aprendedores, la mejor carta de presentación de la oferta educativa está en las estadísticas: el incremento salarial promedio de los egresados es de 50%, lo que les permite cubrir en un menor plazo el costo de la capacitación que los posiciona mejor en el ámbito laboral no sólo en México, sino fuera de las fronteras.