A nuestro arribo, la magia imponente de una escena impresionante se hace presente dibujando una de las vistas más privilegiadas de la Bahía y el Arco de Cabo San Lucas, Baja California Sur. De pronto, comenzamos un transitar a través del primer piso de The Cape, a Thompson Hotel, desde donde se percibe el color negro y gris dibujados en sus paredes, a la par de los techos altos que habitan, juegan un papel fundamental que enaltece esta vista de contrastes únicos.
La arquitectura de la propiedad corrió a cargo de los arquitectos Javier Sánchez y Benedikt Fahlbusch. “Javier Sánchez lo que quiso fue que el primer piso siempre estuviera abierto para que la gente se sintiera integrada con el entorno. Él también deseaba que cuando alguien llegara al resort y fuera a tomar una foto desde la planta principal, se enmarcara esta panorámica que él recreó con este efecto que cuando vas caminando y convives con los colores gris y negro de la propiedad, se puediera enmarcar esta vista impresionante”, apunta Raquel Almada, The Cape, a Thompson Hotel Marketing & Pr Manager.
El recorrido continúa y descubrimos que la vista privilegiada desde este enclave que convive con las franjas de arena blanca de Playa Monumentos –lugar en el que se encuentra ubicada la propiedad–, no son la única singularidad del recinto. Aquí también habita “Manta”, un complejo culinario que celebra los sabores mexicanos desde las costas del Pacífico en manos del chef Enrique Olvera.
MANTA
Ubicado justo en la esquina derecha de la planta principal, a un lado de “Sunken Bar”, se encuentra “Manta”, un sitio culinario que hace una invitación desenfadada, evitando las pretensiones y apostando por un concepto sencillo pero refinado.“La cocina está inspirada en el mar y también en la “manta” como cobija, aquella que te quiere abrazar, que quiere que estés cómodo y no quiere que te presentes con una etiqueta sofisticada para esta experiencia, sino que tengas una mente abierta y relajada para disfrutar”, precisa Almada.
La puesta culinaria
Aquí se presenta un menú de sofisticados sabores mexicanos ejecutados con una técnica dirigida por el Chef Enrique Olvera, quien se inspira en las culturas de las costas del Pacífico con la encomienda de abastecerse con ingredientes de origen local, la pesca del día y productos sostenibles de Baja California.
Dentro de las propuestas culinarias de un menú cena permanente a seis tiempos, se contempló una primera salida de: Sashimi, ají amarillo, sésamo y wasabi; continuando con un segundo tiempo de un platillo de: Lechuga, rábano, aguacate, aceite de girasol y yuzu; contemplando un tercer tiempo de: Melón con leche de tigre, yuzu y hierbabuena; para darle la bienvenida al cuarto tiempo que consistió de unas almejas chocolatadas en leche de tigre con aceite de jengibre; para así derivar en el quinto tiempo que presentó una sopa de curry de coco, pescado, plátano y hoja santa; sin olvidar el postre que se presentó como última parada con un Bizcocho de chocolate, helado de cacahuete y tamarindo.
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Diseño
Acerca del diseño de “Manta”, renace cada día al caer la noche cuando sus grandes puertas de madera tallada dan la bienvenida a un espacio que de entrada presenta un pasillo tenuemente iluminado donde se encuentra una pared de que presenta selectas etiquetas de vinos tintos, rosados y blancos. Una vez dentro, se conjuga una iluminación delicada gracias a las “mantas” que se encuentran en cada lámpara de este restaurante que cuenta con un espacio para 114 comensales y un privado para 20 más.
Es así como en medio de un enclave que rescata una arquitectura moderna “también se destaca un proyecto que cuenta con muchos pilares de la firma hotelera, pero también ha sabido integrar elementos contemporáneos a través de la vanguardia y la parte artística”, concluye Raquel Almada.
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