5 de cada 10 empleados no explota su talento dormido por falta de entusiasmo. Aquí te decimos cómo despertar ese potencial. ¿Cuántas veces al día te repites que tienes el talento para resolver tus retos laborales, pero no lo logras? Existe un nombre para ese freno: talento dormido. Este concepto se refiere a todas aquellas capacidades de los colaboradores que no son suficientemente explotadas en su entorno laboral, aunque existan potencialmente y constituyen un valor fundamental para las empresas, explica Lee Hecht Harrison, consultora de colocación y detección del talento de Adecco, que además hizo un estudio para conocer el grado de implicación de empleados españoles con sus empresas y saber si explotan al máximo su talento, La investigación arroja que 6 de cada 10 empleados en España tiene su talento dormido. El documento se alinea con los resultados a nivel global de la consultora Gallup, pues 50% de los trabajadores no pone suficiente entusiasmo. 20% no está comprometido con su trabajo y sólo 30% sí está comprometido.   ¿Cómo detectar al talento dormido? Lo primero en este proceso es identificar las causas que llevan al empleado a tener su talento dormido. Es habitual, dice el documento de Adecco, que una persona se sienta frustrada cuando ocupa un puesto de trabajo que no corresponde con su formación, experiencia o aspiraciones personales. Tampoco es capaz de mostrar su máximo talento cuando cree que su sueldo no es el que debería. El desconocimiento de sus funciones reales en la empresa también se relaciona con el desempeño de labores poco o nada productivo. Otro punto que puede provocar que se duerma el talento de una persona es el miedo. Algunos aspectos que desencadenan este padecimiento es la incertidumbre que genera la posible pérdida del empleo o a la mala ejecución de alguna actividad en la empresa La falta de confianza en sus jefes también genera desinterés en las labores que se realizan. Asimismo, se vuelve importante de cara al rendimiento de un empleado la existencia de fisuras entre sus valores personales y los corporativos. El diagnóstico es fundamental. Para ello,  responde las siguientes preguntas:
  • ¿Tus jefes tienen la capacidad para conseguir sacar lo mejor de sus equipos?
  • ¿Están comprometidos y motivados con el proyecto?
  • ¿Tus jefes poseen las competencias necesarias para el desarrollo del puesto?
  • ¿Tienen ganas?
  • ¿Están comprometidos?
  • ¿Disponen del entorno para desarrollar todo su potencial?
  • ¿Saben qué se espera de ellos? ¿Disponen de los recursos para hacerlo? ¿Creen ellos lo mismo que tú?
Si a una o más de estas preguntas contestaste que no, existe un problema, aunque parezca que todo va bien.  Este es el dilema con el talento dormido: las cosas están en calma, pero no ocurren a la velocidad que queremos. “Los rumores existen y en alguna parte de las personas,  ni siquiera saberlo y estando en su puesto, sienten que ya no es lo que era y su confianza y, por ende, su compromiso está mermado” afirma Nekane Rodríguez, directora general de Lee Hecht Harrison.   ¿Qué hago si mi talento duerme? Adecco dice que lo más recomendable es realizar encuestas que midan el compromiso de los empleados. Después, identificar los factores que llevan a esos empleados a desvincularse emocionalmente de su trabajo. “Lo ideal es realizar estrategias de liderazgo con sus correspondientes managers para potenciar a los colaboradores que no sienten entusiasmo al desempeñar sus funciones”.

 

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