Las flores entrañan una magia cautivadora. Basta con observar el legado artesanal y las tradiciones mexicanas para deducir su profunda influencia en la cosmovisión de las culturas ancestrales y en su propia existencia, al alimentarse de tan bellos regalos emanados de la Madre Tierra.
La chef e investigadora Tania Orozco, al frente del proyecto Evolución Floral, en colaboración con fitoquímicos expertos de la Universidad de Chapingo, cuenta con referencias de 186 flores comestibles, de las cuales, 80% son originarias de México.
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Los atributos estéticos y nutricionales de las flores ofrecen infinitas posibilidades que trascienden el universo gastronómico.
Para aprovechar esas cualidades, Orozco ahondó en diversas variedades de flores orgánicas con las que es posible recrear escenarios naturales comestibles, capaces de seducir todos los sentidos, y que bien pueden ser presentados en una original tabla gourmet para celebrar la primavera en casa.
FLOR DE CILANTRO
Es excelente para hacer un pesto que acompañe quesos, además de aromatizar salsas y aportar un sabor único.
MARGARITA
Su sabor es suave y evoca al jengibre. Resulta perfecta para conjugar con productos del mar y es especialmente atractiva en cocteles y ensaladas frutales.
ARETILLO O FUCHSIA
Engalana ensaladas frescas con lechugas verdes, gracias a su reminiscencia cítrica. También se puede incorporar en bebidas, preferentemente, infusionada.
CALÉNDULA
Su hermoso color naranja seduce a la vista en instantes. Tiene un sabor untuoso que remite a la pimienta, por lo que va muy bien con carnes y quesos añejos. Con sus pétalos se pueden elaborar mantequillas.
DALIA
Los pétalos de la flor nacional de México, en sus variedades híbridas, se pueden comer frescos y aportan un gusto ligeramente mentolado. Se utiliza tanto como ingrediente como para adornar cremas y postres. Aún cuando se exponga a fritura profunda, mantiene su color.
GERANIO
Es una flor sumamente aromática y con un sabor afrutado que recuerda a la manzana verde. De ahí que resulte ideal para hacer gelatinas.
FLOR DE SAÚCO
Tiene un peculiar gusto dulzón que, deshidratada, aporta personalidad a diferentes panes e, incluso, vinagres. Se pueden preparar en tempura. Con esta pequeña flor blanca también se puede hacer licores o jarabes para repostería.
Es muy importante asegurarse que las flores sean orgánicas, que estén libres de pesticidas. Hay grupos de mujeres y pequeños agricultores que comercializan estos encantos comestibles seguros en diferentes mercados de la Ciudad de México. También puedes comprarlas en huertos urbanos.
Evolución Floral ha creado un vinculo estrecho con los productores de flores con la misión de promover un consumo consciente de estos obsequios de la naturaleza.
¿Qué flores te gustaría utilizar en tu cocina?
Texto originalmente publicado en la edición print de Forbes México. Abril 2021.
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