Por Norbert Monfort* Homero inicia la Ilíada, la obra clásica que nos cuenta la Guerra de Troya, con la frase: “¡Canta, oh, musa, la cólera de Aquiles!”. Es curioso notar que esta apertura no hace referencia al conflicto de la guerra o al cansancio de los griegos que luchaban desde hacía 10 años en tierras hostiles, sino a la cólera de uno de los más grandes héroes de la Antigüedad: Aquiles. ¿Por qué nos interesa este dato? Si comparamos la enorme empresa que significó la Guerra de Troya con aquellos grandes desafíos por los que pasan nuestras organizaciones, podremos aprovechar para analizar una cuestión fundamental en todo proceso crítico: la gestión de personas y de equipos que, en la mayoría de los casos, no es más que una gestión de egos. La película Troya (2004), que protagonizan Brad Pitt, Orlando Bloom y Diane Kruger, se aleja bastante del mito de Homero, pero la estructura general nos permite, de igual modo, ver cómo se desarrollan los acontecimientos a partir de los distintos tipos de liderazgo. Les animo a que la vean y analicen el management que se desprende de ella, y luego exploren en sus organizaciones. Para comprender las intrincadas personalidades de los líderes/reyes que acudieron a Troya para conquistarla, al igual que sus estrategias de gestión bien marcadas, nos puede ayudar un poco conocer su contexto: Paris, príncipe troyano, rapta a la esposa del rey espartano Menelao y se la lleva consigo a su tierra. Menelao reacciona con furia y afán vengativo, por lo que acude a su hermano Agamenón, rey de Micenas, para recuperar a su esposa. Este último, que sólo necesitaba una excusa para apropiarse de unas tierras que codiciaba desde hacía años, reúne a los reinos más poderosos de Grecia bajo su mando y arma una flota formidable para dirigirse a la ciudad amurallada. Allí, Príamo, rey de Troya, prepara la defensa junto a su hijo Héctor, líder del ejército troyano. Agamenón es el rey supremo. Su estrategia y su modo de liderar es totalmente jerárquico y “masculino”. Lo mueve la ambición y sabe que no puede conquistar Troya por sí mismo, y que necesita al mejor guerrero, Aquiles, para obtener la victoria. Pero el espíritu rebelde de este héroe no es fácil de domar, y Agamenón, víctima de su orgullo y de su visión estrecha, provoca la cólera de Aquiles y pone en jaque toda la gesta. ¿Por qué? Pues, porque Aquiles, decepcionado por el bajo honor y capacidad de su rey, amenaza con abandonar la guerra. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿cuántos Aquiles estamos perdiendo en nuestras organizaciones por no saber gestionar el talento de las personas retadoras? Entre los otros líderes que acompañan a Agamenón, destaca la figura de Ulises, rey de Ítaca. Ulises no es particularmente poderoso, no tiene muchos recursos ni los mejores guerreros. Cuando el conflicto se instala entre los griegos, todos los consejeros apelan a su juicio y a su criterio. ¿Por qué? Porque Ulises ha pasado a la fama por su astucia. Eso es seguro, pero no muchos observan la gran gestión que hace de las personas: es un rey “horizontal”, un líder “femenino”. Su labor es lograr que los equipos (en este caso, los ejércitos) funcionen mediante la creación de una red donde todos se sienten llamados a colaborar. Conversa con todos (en privado), doblega los egos y reorienta motivaciones, malentendidos… De hecho, la película muestra que es él quien va en busca de Aquiles para convencerlo de acudir a Troya. Incluso, la artimaña que lo inmortaliza, el Caballo de Troya, revela que Ulises conocía, además, cómo gestionar los egos de los enemigos: sabía que los troyanos interpretarían el caballo de madera como un don de los dioses. Y tal creencia fue su perdición. Esto nos hace reflexionar de qué manera surcamos los procesos y conflictos en nuestras organizaciones, ¿de un modo vertical, como Agamenón, o de un modo horizontal, como Ulises? Los logros se pueden conseguir de ambos modos, pero si un líder quiere crear un entorno para que cada miembro pueda aportar algo trascendente, tiene que revisar si prefiere la obediencia que exige la jerarquía, o la colaboración que surge en la red. *Norbert Monfort es CEO de Monfort Ambient Management y profesor del ESADE.   Contacto: Twitter: @monfortnorbert Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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